En el Estado moderno, la prioridad más alta en cada escala de autoridad es trabajar por la solidez y consistencia de las instituciones.

Esta obligación comienza por la preservación de la entereza de la Constitución y sus principios,  con su permanencia como estatuto de nación. Este respeto debe ser  inquebrantable.

No puede haber respeto de la institucionalidad cuando se pretenden reformas apresuradas, injustificables desde el punto de vista de las necesidades estructurales del país.

En nuestro Estado ha sido común que hombres en el poder hayan manipulado a su antojo la Constitución, con terribles consecuencias políticas, sociales y económicas.

La historia registra momentos de mortificación y sufrimiento padecidos por este pueblo por esa causa.

Ningún Estado que tenga por prioridad sus instituciones, puede pasar por alto que los hombres antepongan  causas grupales y relajen  el respeto por la permanencia de  la Constitución. Mucho menos cuando la Constitución es de reciente entrada en vigencia.

La institucionalidad democrática se hace fuerte en la medida en que los hombres y mujeres de un Estado son capaces de respetar y hacer perdurables las reglas que ellos mismos crearon como bitácora de nación. Así debe ser.

La autoridad no se hace respetar

La carretera que enlaza el cruce de la Autopista Duarte con Casabito Constanza ha sido dejada sin señalización. Es un hecho insólito, no solo porque esa vía fue inaugurada hace poco tiempo, sino también porque tenía vigilancia asignada.

Carteles de advertencia, barreras metálicas laterales y señales fluorescentes para orientar a los conductores han desaparecido como por arte de magia.

Este tipo de robo solo es posible donde la autoridad no se hace sentir o es permisiva.

Esta ocurrencia se suma a las evidencias de que hay una gran falta de autoridad en nuestro país  y que la vigilancia en carreteras evidentemente no funcionó en el caso que nos ocupa. Las autoridades están en el  deber de localizar y entregar a la justicia a los responsables de estas sustracciones, y amonestar por lo menos a quienes debieron tomar medidas de prevención.