La sombra del Brexit siembra terror entre los bancos centrales

La sombra del Brexit siembra terror entre los bancos centrales

Por fin, un estallido financiero que los bancos centrales habrán visto venir.
El viernes en la mañana, hora de Londres, cuando el resultado del referéndum británico muestre si el país eligió quedarse en la Unión Europea, el Banco de Japón y la oficina de Singapur del Banco Nacional Suizo ya podrían estar vendiendo yenes y francos.

Ellos y sus pares también están preparados para inyectar liquidez en bancos temerosos de quedarse sin recursos y contrarrestar la fuga de capitales de la libra esterlina. Es lo que vendrá después para lo que las autoridades monetarias no están tan preparadas.

Como el resultado de la votación británica está tan parejo que es imposible de predecir, los funcionarios de los bancos centrales echan mano de medidas perfeccionadas durante la última crisis financiera para calmar los nervios de los inversores.

Sin embargo, fuera de las palabras tranquilizadoras, posiblemente coordinadas entre las economías del Grupo de los Siete, y una ráfaga de medidas si el Reino Unido lleva a los mercados al pánico, a las instituciones quizá no les quede mucho que ofrecer si las turbulencias se convierten en una caída económica de largo plazo.

“Con respecto a la conmoción en los mercados, ya sabemos qué hacer”, dijo Gilles Moec, economista europeo jefe de Bank of America Merrill Lynch en Londres. “Es en el impacto en el crecimiento donde las cosas se ponen complicadas. La política monetaria ha tratado de apuntalar el crecimiento y no ha sido totalmente exitosa”.

Las señales de advertencia son evidentes. Un indicador del costo de los préstamos bancarios la semana pasada tocó el nivel más extremo desde 2012 y la prima para cambiar monedas extranjeras por dólares llegó al nivel más alto desde fines del año pasado.

Los mercados son sensibles incluso a cambios pequeños en las perspectivas sobre el referéndum.

Las acciones japonesas subieron y el yen se debilitó el lunes, en tanto una encuesta de Survation para The Mail on Sunday mostró que el bando a favor de la permanencia en la UE tiene un apoyo del 45 por ciento y el que prefiere la salida uno del 42 por ciento. Las acciones mundiales tuvieron un alza y la libra se fortaleció más que nunca desde 2008.

La reacción inmediata ante el llamado Brexit probablemente sea una serie de declaraciones de los principales bancos centrales del mundo para anunciar medidas o su disposición a actuar. Las naciones del G-7 incluso podrían coordinar un anuncio, como lo hicieron después del tsunami japonés de 2011.

De ser así, podrían mencionar el elemento central de la preparación: un acuerdo de permuta de divisas a seis bandas entre la Reserva Federal de los Estados Unidos, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra, el Banco de Canadá, el Banco de Japón y el Banco Nacional Suizo.

Esas líneas, establecidas durante la crisis financiera e instauradas de manera permanente en 2013, permiten a los bancos centrales ofrecer fondos a las entidades de préstamo en las monedas de los demás. Eso sería crucial si el sistema bancario internacionalizado se halla en un estado de alarma mundial.

Si se necesitara una cooperación más amplia, los ejecutivos de los sesenta principales bancos centrales del mundo tienen previsto reunirse el 25 de junio en el encuentro anual del Banco de Pagos Internacionales en Basilea.

“Lo que me preocupa es el bucle de realimentación negativa a la economía real”, dijo Vincent Juvyns, estratega de mercado mundial de JPMorgan Asset Management en Luxemburgo. “Estoy convencido de que habría un menor potencial de crecimiento en ese caso, tanto en la zona euro como en el Reino Unido. La probabilidad es que, por ejemplo, se le pida al BCE que haga más”.

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