La sonografía no solo se practica en humanos. En la medicina veterinaria esta herramienta funciona como complemento de otros métodos de diagnóstico y, de acuerdo a los expertos, muchas veces actúa como la única forma de llegar a un resultado definitivo. 

Con los años es cada vez más usada, ya que ha ayudado a avanzar hacia diagnósticos más certeros. Además, una de las mayores ventajas que posee es que resulta una “técnica rápida, no invasiva y segura”, tanto para el animal como para el médico. 

De acuerdo a la experta en el tema, la doctora Vilma Gómez, en la práctica esta técnica detecta procesos inflamatorios o anormales en los órganos abdominales (cálculos en la vesícula biliar, riñones y vejiga urinaria). También, patologías como pancreatitis, metástasis y cistitis.

Gómez, propietaria del centro veterinario Animed, destaca que la sonografía en animales sirve para confirmar preñez “y dependiendo si se lleva a temprana etapa, saber exactamente cuántos embriones hay y un aproximado de la fecha de parto”. En casos de hembras no esterilizadas, que sospeche el médico de infección uterina, confirma el resultado.

“Es la modalidad de diagnóstico por imagen de primera elección en las patologías hepáticas”, señala. Gomez. “En lo que respecta al corazón, un ecocardiograma nos ayuda a detectar anomalías en las válvulas o funcionamiento de sus cavidades”, agregó.