La tarea ciclópea, así estamos

La tarea ciclópea, así estamos

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Cuando los médicos amenazan o realizan un nuevo paro o huelga en demanda de aumentos salariales y mejores condiciones de trabajo, los sindicalistas reclaman beneficios mediante reclamos similares, las federaciones deportivas deciden transparentar sus gastos, las farmacias continúan aumentando los precios de medicamentos porque no hay control sobre los comerciantes de la salud, los contratistas del Estado no reciban el pago de trabajos realizados y entregados semanas y meses atrás, cuando los maestros decidan dedicarse a su labor de educadores, que no es lo mismo que “papagayear” repitiendo y haciendo que los alumnos copien libros en muchos casos obsoletos, mientras el progreso de los deportes dependa de la “generosidad” de empleados públicos de cualquier nivel, que aceptan ser padrinos de una que otra disciplina o de uno que otro campeonato, con la equivocada creencia de que la dedicatoria es la persona y no a los fondos de la institución que maneja, mientras el tránsito continúa complicándose por exceso de vehículos en mal estado y por la importación de todo tipo de automóviles, muchos de alta cilindrada y alto consumo, cuando la inversión en la producción agropecuaria se mantiene baja, cuando la producción agropecuaria se destina al consumo sin ser sometida a un proceso industrial que la enriquezca para disminuir la dependencia de importaciones, cuando la autoridad sea respetada por quienes cortan árboles indiscriminadamente porque saben que no habrá sanción contra ellos, cuando los hombres seamos cultores del respeto a la Constitución y las leyes, cuando los legisladores trabajen para el país y no para merecer dos exoneraciones de vehículos de lujo, recibir ingresos ilegales tales como el barrilito y las regalías para el Día de las Madres y para las Navidades, cuando los ayuntamientos recuperen su papel en la educación, salud, higiene pública, tránsito, tráfico y todo lo que tiene que ver con el gobierno de la ciudad, cuando la Universidad Autónoma de Santo Domingo recupere su papel de academia pública de altos estudios y dedique una parte de su presupuesto a la investigación en vez de al aumento de sueldos de sus empleados, cuando todos sepamos, aceptemos y cumplamos con las reglas de oro de la convivencia, respeto a los derechos de los demás, cuando todos luchemos por nuestros derechos y hallemos eco en la autoridad para su cumplimiento, cuando el comercio base su progreso en la competencia, en el servicio y en el volumen de ventas y no en el aumento abusivo y criminal de los precios, esa ciclópea tarea debe agotarse y la nación caminará por mejores senderos y hacia metas promisorias y ciertas.

Esa es la tarea que se ha propuesto el Gobierno del Cambio, si para muestra basta un botón le ofrezco dos: el enfrentamiento de la pandemia y las tabletas que entregaran a los estudiantes para que reciban las clases on line.

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