La guerra de Rusia a Ucrania va para largo y con ella la desorbitada crisis de precios que reduce el poder de compra del salario.

Para contrarrestar la escalada y favorecer a las familias dominicanas, el gobierno propuso eliminar arancel a 67 categorías de productos que son de consumo masivo y mucho peso en el Índice Precios al Consumidor, a lo que se opone rabiosamente la oposición política, al tiempo de culpar a la política económica de los altos precios.

No hay forma de entender por qué defienden impuestos que encarecen la comida, cuando a nivel mundial los precios andan por las nubes. Para una probable salida honrosa diría que desconocen, no han hecho cálculos, la magnitud de la pérdida acumulada por las familias debido a la inflación, en 2021 compraron menos cosas con el mismo dinero, y la pérdida de poder adquisitivo del salario del jefe de familia la estimo en RD$2,693 millones.

¿Cómo llego a esta cifra? Con los siguientes datos y cálculos. El salario mínimo medio (empresas grandes, medianas, pequeñas y microempresas) aumentó 4.14% de junio a diciembre 2021, la masa salarial cerró en RD$61,753.6 millones en 2021, según la Tesorería de la Seguridad Social y la inflación interanual de 8.50%.

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En 2021 los trabajadores perdieron 4.36 puntos de poder de compra (8.50% – 4,14%), se tradujo en pérdida de poder adquisitivo de RD$2,693 millones (RD$61,753.6 millones x 4.36%).

De lo que está consciente el gobierno, por eso el objetivo central de la política pública es combatir y reducir la inflación general, como la tasa cero para que la comida llegue a la mesa de los dominicanos aprecios razonables, también el aumento a 5.50% anual de la tasa de referencia del Banco Central el pasado jueves, al comprobar que se reduce la diferencia entre inflación general e inflación subyacente porque el descontrolado precio de los combustibles y otras materias primas importadas, se está filtrando a los demás productos de la canasta familiar.

Si el gobierno deja de cobrar el arancel, corresponde a los empresarios reducir temporalmente su margen, y a la oposición política calcular el sacrificio total (fiscal y de las empresas) para con criterios apoyar la tasa cero que favorece a los consumidores en tiempos de turbulencias. Y abandonar el discurso desgastado de que los productores quiebran porque es mentira, pierden el tiempo, nadie les cree porque todo lo que se produce se vende a buen precio nominal y real descontando la elevada inflación.

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En cuanto a la pretensión de culpar a la política económica de la inflación de los últimos meses, se sabe que las causas son externas y la tendencia ascendente comenzó en mayo de 2021, por aumentos de las materias primas y del petróleo en particular, dinamitaron el precio del arroz, pan, embutidos y pollo en el contexto de la fiebre porcina, cerveza y otros productos de mucho peso en la canasta familiar.

Es decir, los precios importados fueron y siguen siendo responsables del 40% de nuestra inflación interanual, y si la de 2021 superó la media de la región, lo explica, además, la estructura productiva, no somos, como las mayores economías latinoamericanas, exportadoras de energía y alimentos.