La tecnología aplicada a la educación

La tecnología aplicada a la educación

Virginia Pardilla.

El mundo evoluciona, todo cambia y con el cambio surgen nuevas formas de realizar las cosas. Sin duda alguna, algo tan importante como la educación, no puede estar de espalda a esta realidad, por el contrario, el mundo evoluciona precisamente gracias a la innovación dentro de los sistemas educativos y ofertas académicas.

El modelo de escolarización basado exclusivamente en tiza y cuestionarios ha cambiado, surgiendo nuevas estrategias de enseñanza-aprendizaje que aportan grandes beneficios a la educación.

No todo lo viejo es malo u obsoleto, ni todo lo nuevo es bueno. Debemos seguir en nuestra práctica docente utilizando recursos que por años han demostrado su eficacia, pero es necesario incorporar a ellos los nuevos recursos que revolucionan el proceso de aprendizaje.

El concepto aprender ha ido cambiado, transmitiendo una posición cada vez más activa en involucrada por parte de quienes aprenden, es decir, nuestros estudiantes.

La tecnología educativa engloba una serie de recursos que han permitido llegar más lejos en los procesos de enseñanza. Más que maquinarias o medios mecánicos, son materiales didácticos que promueven la acción y la interacción más estrecha y fructífera entre el estudiante y el conocimiento, que a su vez es adquirido y transformado por parte de los alumnos.

La tecnología audiovisual ha permitido que la enseñanza transcienda fronteras y barreras. La tecnología en general, trae nuevas opciones para mejorar el quehacer profesional de los educadores, tomando en cuenta que esta generación de estudiantes son nativos digitales.

Es tiempo de analizar la utilización de la tecnología en la educación, el uso del internet y dispositivos electrónicos, tales como móviles, pizarras inteligentes, softwares educativos, robots, entre otros recursos que han evolucionado la forma de enseñar.

En este tema es importante no sólo determinar qué recurso se utiliza; sino tomar las decisiones correctas sobre cómo hacerlo, esto puede ser la clave para un aprovechamiento efectivo de estos recursos.

El uso de la tecnología dentro de las aulas incrementa el interés de los alumnos en las actividades académicas. Esta motivación facilita el aprendizaje de los niños, dadas las características inherentes a los aspectos lúdicos y las oportunidades de interacción que se le presentan al estudiante.

La tecnología desarrolla el aprendizaje autónomo y fomenta la capacidad de resolver conflictos reales, donde el alumno construye su propio conocimiento.

La pregunta tan común de otras épocas, a saber “¿Para qué me sirve esto?”, ya no produce el desasosiego de otros tiempos: actualmente la tecnología ofrece unas oportunidades de práctica que diluyen la sensación de estar aprendiendo sin saber para qué.

El internet, cuando se utiliza de manera asertiva y bajo guía especializada, ensena a los niños a seleccionar las fuentes de información correctas, propiciando la capacidad de gestionarla de manera adecuada; de esta manera, la información queda al servicio de los niños, en lugar de que los niños queden al servicio de lo que sería la desinformación.

La tecnología, al contrario de lo que pudiera pensarse, genera interacción entre los alumnos favoreciendo el trabajo en equipo, una habilidad fundamental en estos tiempos en que el mercado laboral es sumamente competitivo y exige tanto los conocimientos tecnológicos de vanguardia como las habilidades de trabajo en armonía con otros.

Al utilizar el internet y las redes sociales, los estudiantes deben compartir puntos de vistas y opiniones, debatir para ponerse de acuerdo, lo cual los lleva a desarrollar pensamiento crítico, y la capacidad para exponer sus propias ideas con respeto. Estas herramientas hacen posible la conexión de los estudiantes con otros países y su cultura.

La tecnología facilita que los estudiantes puedan ir a su propio ritmo, teniendo contenidos adicionales, material de apoyo según sus necesidades o intereses. Estos factores difuminan los límites impuestos por los métodos tradicionales, y permiten flexibilizar positivamente la educación.

También permite que el profesor lleve una planificación docente rica en dinamismo y adaptable a las exigencias de la nueva generación. Por ejemplo, permite que un docente se conecte con un especialista en cualquier lugar del mundo, facilitando el intercambio de experiencias.

Los estudiantes tienen acceso a la información más rápido, y a un precio más asequible, ya que el costo de los libros disminuye en el caso de los e-books y el material gráfico queda al alcance de los alumnos sin necesidad de impresión. Estos medios además facilitan la distribución de materiales didácticos.

Otro aspecto a favor del uso tecnológico en los procesos de enseñanza es la optimización el tiempo, ofreciendo más valor didáctico en un menor tiempo.

Además, la tecnología nos permite consultar cualquier contenido en todo momento, facilitando no sólo la productividad en el aula, sino también el acceso a los materiales independientemente del tiempo y el lugar donde se encuentre el alumno. La autora es fundadora y directora del Colegio Montessori Learning Center. Facbook/MLC.Montessori Instagram/ @MLC_School / Instagram: @virginiapardilla279.

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