La tecnología y el rezago humano

La tecnología y el rezago humano

Claudia Rita Abreu

Me he dado cuenta de que en un entorno de alta tecnología y con una nueva configuración de quienes manejan el poder del dinero y los contenidos digitales, hay metas y temas que salen de las cabezas de quienes trabajan en ese círculo, que nada tiene que ver con exigencias ni demandas sociales, como, por ejemplo, la idea de viajar a Marte o hacer tours por el espacio, entre otras cosas. 

La rapidez del avance tecnológico y la obsolescencia programada, no parece importar para nada; la cantidad de información y de denuncias que se hacen al respecto, el mercado, la moda, lo novedoso, la competencia por tener lo más reciente, entre otros factores de carácter casi obligatorio, van haciendo de este paso por la vida un camino con alto rezago.

Cuando me refiero a carácter obligatorio, lo digo en el sentido figurado, porque no estamos legalmente obligados a tener redes sociales, computadoras, ni otro tipo de dispositivo, es que sencillamente en un mundo interconectado, donde ya el “internet de las cosas” es parte de nuestro diario vivir (electrodomésticos interconectados, cámaras de seguridad, casas inteligentes, etc.), la conformación de la sociedad te lleva a usar las nuevas tecnologías, por varias razones: comunicación con la escuela de tus hijos vía correo electrónico, las asociaciones de padres y madres en grupos de whatsApp, lo mismo con las juntas de vecinos, equipos de trabajo, etc.

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Los servicios gubernamentales, consulares y privados, necesitan, o sólo se pueden hacer, mediante una aplicación y un dispositivo tecnológico. Esto deja fuera a una cantidad de personas que por su edad, falta o mala de conexión, falta o poca capacidad de sus dispositivos, como también, con poca habilidad en el manejo de aparatos tecnológicos, no tienen acceso.

Mientras la élite de los nuevos millonarios del mundo, cuyas hazañas influyen en nuestra calidad de vida respecto al impacto que nos causan las nuevas tecnologías, piensan en cómo hacernos ir volando al trabajo o mandar a nuestros hijos a la escuela en vehículos programados, la cantidad de personas que aún no tienen acceso a tres comidas diarias, a alimentos saludables y a atención médica adecuada, continua.

Nuestra capacidad de aprender y seguir aprendiendo de manera acelerada expira, porque en el transcurso de nuestra vida hay situaciones alternas que nos ocupa tiempo y energía, desde el tema laboral, el cuidado y mantenimiento del hogar, los hijos y nuestros envejecientes, el tiempo perdido en el tránsito, el estrés y la pérdida de la resistencia que tiene un cuerpo más joven, te impiden ir al mismo ritmo que va el mercado de la tecnología informática. Además, tenemos el derecho a hastiarnos y soltar, producto, precisamente, del apabullamiento y la presión que provoca esta dinámica constante, de re-aprender sobre algo que ya dominabas porque volvió a cambiar. Lo mismo pasa con los bancos, los aeropuertos, entre otros.

Por eso, una cantidad de personas mayores se sienten abrumadas y no saben ya cómo poder viajar, porque aun le compren sus billetes en una de las pocas agencias de viajes que aún existen, desde sacar el e-ticket, hasta el proceso automático en los aeropuertos, las convierte en una persona que no puede hacer su trayectoria sin asistencia, aunque físicamente sea capaz.

Los cambios que anteriormente se producían gracias al uso de nuevas tecnologías con décadas de distancia, ahora, puede resultar preocupante debido a que todo indica que la desigualdad va en aumento, cuando debería de ser al revés.

Nos cansamos de los temas, sin resolverlos, pareciera que descubrimos como alimentarnos de desechos tecnológicos, o con recarga solar, ya no necesitamos pureza en el aire que respiramos o en el agua que bebemos o con la que nos bañamos. Sin embargo, lo que se ignora no desaparece, puede seguir incrementándose y la búsqueda de la comodidad y la felicidad en base a que se jodan los demás, no terminará bien. Si es basándonos en la ciencia ficción o en las capacidades de control tecnológico que cada vez se implementan más y mejor, entonces, vamos camino a más división social, rezago de personas y nuevas maneras de aplicar la opresión.