La televisión,
niñera moderna… con consecuencias

La televisión, <BR>niñera moderna… con consecuencias

POR ANNA JIMÉNEZ
Para muchos padres y aún para muchas personas que tienen a su cuidado niños resulta fácil y hasta tentador ponerlos frente al televisor por unas horas, mientras se hacen los quehaceres del hogar o incluso, cuando hay que tender la ropa, recibir un delivery y tantas otras cosas más.

«La niñera moderna», hace que la mayoría de los niños queden encantados y se rindan a ella, y hasta se vuelven exigentes, un promedio de tres a cuatro horas diarias. La televisión tiene una influencia poderosa en el desarrollo del sistema de valores y en la formación del comportamiento.

Desgraciadamente, buena parte de la programación televisiva actual incluye escenas de violencia. Cientos de estudios sobre los efectos de la violencia en televisión han coincidido en que los niños pueden:

– Volverse inmunes al horror de la violencia.

– Aceptar gradualmente la violencia como un modo de resolver problemas.

– Imitar la violencia que observan en la pantalla de televisión

– Identificarse con ciertos caracteres, ya sean víctimas o agresores.

Los niños que se exponen excesivamente a la violencia en televisión tienden a ser más agresivos. Algunas veces, mirar un solo programa violento puede aumentar la agresividad. Los niños que contemplan espectáculos en los que la violencia es muy realista, se repite con frecuencia o no recibe castigo, son los que más tratarán de imitar lo que ven.

El impacto de la violencia en la televisión se hace evidente de inmediato en el comportamiento del niño, o bien puede surgir años más tarde. En este caso, los jóvenes pueden verse afectados aunque la atmósfera familiar no muestre tendencias violentas. Lo cual no quiere decir que la violencia en televisión sea la única fuente de agresividad o de comportamiento violento, pero es un contribuyente significativo.

Los padres pueden proteger a los niños de la violencia excesiva de la televisión de la siguiente manera:

Prestando atención a los programas que los niños ven en la televisión y mirando algunos con ellos.

Estableciendo límites en el tiempo que pueden ver la televisión.

Señalar que aunque el actor no se ha hecho daño ni se ha muerto, ese grado de violencia en la vida real tiene como resultado el dolor o la muerte.

No dejar que los niños vean programas que sabemos de antemano que contienen violencia: cambiar de canal o apagar la televisión cuando se presente algo ofensivo, explicándoles qué hay de malo en el programa.

Pero no sólo los programas de violencia son perniciosos para los niños, también los programas de sexo son tremendamente dañinos. Actualmente incluso existen dibujos animados con mensajes sexuales. Hasta las telenovelas que las mamás ven con sus hijos pequeños están cargadas de sexualidad. Y aunque el niño no entienda del todo, queda registrado en su subconsciente.

CORRECTA PROGRAMACIÓN: RESULTADOS POSITIVOS

No crean que todo lo que tiene que ver con este tema arroja alertas y aspectos negativos, definitivamente una programación correcta por edad redundará en positivismo para el desarrollo del niño.

Los padres pueden hacer buen uso de esta niñera singular, sacando un poco de tiempo y organizándoles un horario, con canales y programación específicos; no quiere decir que se convierta en un tirano e imponga a sus hijos lo que tienen que ver, pero sí que se preocupe por que lo que consuman de esa caja maravillosa les edifique y no les reste en su desarrollo.

Lo ideal es que vean la televisión como una distracción y una herramienta de aprendizaje y no que vivan esclavizados y anonadados frente a ella, como si se tratara de un encantamiento sin sentido.

Sería excelente si vieran la televisión en familia y que no sea más que por una o dos horas diarias, después de todo leer es enriquecedor y es bueno compartir el tiempo con equilibrio.

SUGERENCIAS PARA CONTROLAR LA VIOLENCIA EN LOS NIÑOS

De lo que se trata es evitar que los niños vean escenas violentas y mostrarles que la resolución de conflictos se puede lograr mediante la negociación.

Pregunte a los niños cómo se sentirían si ese episodio de violencia les sucediera a ellos o a alguien cercano. Hágales ver la relación con algún episodio que hayan vivido.

Pregunte a los niños si creen que la violencia es graciosa como en los dibujos animados. Enséñeles que la vida real no es de ese modo. Enséñeles a distinguir entre lo real y lo ficticio. Recuérdeles que si se les cae un piano en la cabeza o si se caen de una montaña se van a lastimar realmente.

Después de observar escenas violentas discuta con los niños que soluciones no violentas podrían haberse utilizado. Si los niños imitan el comportamiento agresivo, converse con ellos y hágales notar su error.

Analice con los niños la simplificación de las conductas humanas que presenta la televisión. En la pantalla los conflictos se resuelven muy fácilmente y esto no ocurre en la vida real.

Haga observar a los niños que en los programas violentos no se ven las consecuencias de los actos de violencia, por ejemplo, no hay escenas donde aparece la cárcel, ni los dramas que sufren las familias, ni los funerales, ni los tratamientos para heridos, etc.

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