La teología de guerra de Hamas

La teología de guerra de Hamas

(Traducido del hebreo)
Durante  largo tiempo los ciudadanos israelíes, en especial  en la parte sur del país, estuvieron bajo los disparos de cohetes y misiles de Hamas, Jihad islámica y sus partidarios en la Franja de Gaza.  La opinión árabe e internacional los ignoró. Pero, cuando Israel respondió con la Operación Pilar Defensivo, el ritual familiar retornó. Líderes europeos fueron rápidos en dar consejos sobre el alcance del operativo, mientras que los líderes árabes condenaron a Israel por bombardear los sitios de lanzamiento de misiles y los depósitos de armas escondidos. Los contactos diplomáticos, liderados por Egipto, fueron establecidos con rapidez  a fin de producir un fin al enfrentamiento; en otras palabras, un nuevo tahadiya (periodo de calma).

No es sorpresa que Hamas considere que el acuerdo -alcanzado con la ayuda de EEUU y del Secretario General de Naciones Unidas- como una victoria. Multitudes de habitantes de Gaza tomaron las calles para celebrar su triunfo y el titular del bureau político de Hamas, Khaled Mashaal, ya anunció que su organización “derrotó a los sionistas”. En verdad, Hamas aceptó  el acuerdo, pero lo violará tan pronto como su actual aflicción desaparezca. Se comportará  exactamente como lo hizo el profeta Mahoma con la gente de la Meca con quienes firmó el Tratado de Hudaybiyya. Ese acuerdo fue, se suponía, por diez años, pero transcurridos dos, Mahoma se sintió lo suficientemente fuerte como para infringirlo y continuar la guerra.

Hamas quería arrastrar a las FDI hacia una guerra en Gaza  con muchas pérdidas. Hamas esperaba usar tácticas similares a las usadas por Mahoma y sus seguidores en la Batalla de la Trinchera, cuando los musulmanes rompieron el asedio de los infieles a la ciudad de Medina y lograron la victoria.

Los palestinos se refieren a su dificultad como “el único problema justo” en el mundo. De acuerdo con su versión, no se debería hablar del sufrimiento de otros pueblos, de manera que la atención internacional no fuese desviada. Nunca  mencionaron los asesinatos en masa perpetrados por Hafez al-Assad en Hama (Siria); por Saddam Hussein contra los kurdos en Halabja; por Omar al-Bashir en Darfur, Sudán  y,  durante los últimos dos años, por Bashar al-Assad contra su propio pueblo, en Siria. Aclamaron  a líderes crueles (tal como alguna vez lo hicieron con  Hitler), quienes apoyaron la ambición nacional de los palestinos de destruir la existencia judía en la zona.

Nuestra predilección natural para honrar  la vida y la paz está en conflicto con la teología musulmana de la guerra santa (“Yihad”) compartida por al-Qaeda, Hezbollah y Hamas. Debido a la debilidad de esas organizaciones, sus metas están limitadas al constante acoso de Israel y la alteración de la  vida cotidiana tranquila de sus habitantes. Su objetivo no es alcanzar una victoria militar decisiva, dado que su conflicto no es sobre el territorio, sino más bien por derramar sangre judía. Una visión de muerte es el pico de la vida de un activista de Hamas, y sus  líderes  alientan a sus seguidores a luchar hasta la muerte. Aprenden  a luchar por el islam y por el establecimiento de un califato que, por definición, no tiene fronteras.

Esta es una doctrina de guerra a largo plazo y, en consecuencia nos exige mucha paciencia. Mientras tanto, debemos explicar a nuestros amigos en el mundo acerca de la difícil realidad en la que vivimos. Las declaraciones de la fortaleza de las FDI y los comentarios de sus logros en el conflicto no disuaden a Hamas  porque su guerra no es con las FDI sino con los objetivos vulnerables de Israel: los ciudadanos en sus hogares y los alumnos en las escuelas. Esa guerra, desde el punto de vista de las organizaciones terroristas, es simple y barata.

El fracaso por alcanzar un acuerdo con los palestinos se debe a un problema fundamental de percepción en la mentalidad palestina; tanto de  Fatah  como de Hamas. Ambos rechazan aceptar una “entidad judía” en Medio Oriente. Hamas objeta la mera presencia del Estado de Israel, mientras que Fatah reconoce a Israel como parte de los Acuerdos de Oslo, pero no como Estado judío.

Zvi Gabay es ex Embajador y Vice director general del Ministerio de Relaciones Exteriores.   

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