La tercera vía que necesitamos

La tercera vía que necesitamos

Las terceras vías parecen de moda. La vicepresidenta se autopropuso en el PLD bajo la indiferencia de los varones barones que lo controlan. Ya antes, el PRSC, octubre/2018, la había adoptado, aun cuando no ha actuado en consonancia con lo aprobado hace un tiempo igual al que falta para las elecciones. Quizá por eso, la vicepresidenta subrogó la iniciativa reformista.
Pero ni la extinción del tercerismo reformista ni el rechazo PLDista revistieron características de la tercera vía que necesita la nación: Encarar efectivamente amenazas que penden sobre nuestra democracia -su eficacia y eficiencia socioeconómica, su sostenibilidad y perfectibilidad- que debe girar alrededor de propuestas de políticas más que de políticos proponentes.
Una Tercera vía de políticas contrapuestas a las presentes postuladas por personeros del gobierno y por opositores actualmente predominantes que hasta ahora no han mostrado conceptualización, disposición, voluntad y herramientas para proponer e implementar políticas diferentes.
Se necesita una vía que postule políticas diferentes a las presentes: De la fiscal, caracterizada por expansión del gasto mediante hipertrofias burocráticas que entorpecen el emprendimiento y subsidios improductivos y enriquecedores de pseudo-empresarios que fomentan el paternalismo clientelar, conducentes al endeudamiento público. Que reserven al Estado su rol de orientación y supervisión de actividades económicas dejando y facilitando su emprendimiento a iniciativas particulares. Que dejen de succionar dinero privado, dejándolo circular en la economía para alentar producción de bienes y crear puestos de trabajo. Que edifiquen un Estado que no compita ni robe iniciativas y actividades la iniciativa privada, sino que les facilite su desarrollo. Que se preocupe más por resultados en servicios públicos que el dinero gastado en ellos. Que imponga orden en base a autoridad bien ejercida y no desorden mediante autoritarismos. Que abandere la institucionalidad abandonando la arbitrariedad.
Esa tercera vía de políticas más que de políticos, todavía es posible.
Ciertamente dependerá, para que sea factible, de los resultados de los procesos internos en el PLDismo y en el “PRMeismo”. Y de las intentos por modificar la Constitución para viabilizar la repostulación presidencial.
Pero puede surgir en función de resultados de estos procesos, de las reacciones de sus principales protagonistas y del agotamiento de las acciones partidarias relacionadas con el cumplimiento de las complejas y confusas disposiciones legales y administrativas que están rigiendo sus actuaciones.
¿Qué sucederá en el PLD si se modifica la Constitución para viabilizar la repostulación? ¿Cómo reaccionará el presidente Medina si no logra modificarla? ¿Qué posiciones adoptarán uno u otro frente a los resultados de las primarias de otros partidos? ¿Respetarán los fueros partidarios?
¿O alentarán vías cruzadas o triangulares, viabilizando la estructuración de tercera vía de políticas, no de políticos?

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