La tinaja  que nunca se vació

La tinaja  que nunca se vació

POR CLAUDIA HERNÁNDEZ DE ALBA
Vino al profeta Elías palabra de Dios diciendo: Levántarte vete a Sarepta de Sidon y mora allí; he aquí yo he dado orden a una viuda para que te sustente.

Entonces él se levantó y se fue a Sarepta, entrando en la puerta de la ciudad, vio a una mujer que recogía astillas de madera ¡Agua! Exclamo al dirigirle la palabra. Vete a buscarme, por favor, un poco de agua en un vaso para que beba”.

Al levantar la vista, la mujer sintió compasión del pobre forastero, y se apresuró a buscar un poco de agua para él. Mientras lo hacia, ella lo oyó llamándola de nuevo. “Tréeme también, por favor, un bocado de pan”, le dijo, La mujer se detuvo, y dominada por una gran tristeza, le replicó: “Vive Jehová tu Dios, que no tengo nada de pan cocido y que no me queda más que un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija; precisamente estaba cogiendo unos cerrojos para ir a preparar esto para mi y para mi hijo; lo comeremos y nos dejaremos morir”.

Elías vio que la mujer le decía la verdad, y sintió compasión por ella. Estaba seguro ahora de que esta debía ser la viuda a quien Dios había ordenado que lo alimentara, una viuda tan pobre no tenía nada en el mundo excepto un puñado de harina y un poco de aceite. En tal caso el sabía que algo maravilloso estaba por ocurrir, y pronto.

“No temas”  dijo bondadosamente a la pobre viuda; ve y haz lo que he dicho, pero prepárame para mi antes una tortilla cocida en el recodo y tráemela, y luego ya harás para ti y para tu hijo; pues he aquí lo dice Jehová: No faltará la harina que tienes en la tinaja ni disminuirá el aceite en la vasija hasta el día en que Jehova haga caer la lluvia sobre la faz de la tierra.

Pudo haber parecido egoístas que él dijera: Prepárame a mi antes una tortilla cocida”; pero no lo era, pues la fe de Elías en Dios era tan grande que para el la tinaja de harina ya estaba llena y la vasija de aceite rebosante. Él estaba seguro que si la viuda pobre confiaba en la promesa de Dios lo suficiente como para hecerle primero a él una pequeña torta. Dios nunca cesaría de bendecirla de muchas maneras maravillosamente. La viuda decidió confiar en Dios. Aceptó al pie de la letra su palabra

Después de mezclar el aceite y la harina para hacer la masa, se dispuso a encender el fuego. En ese momento, tal vez su hijo vino corriendo en su búsqueda. Puedo oirlo diciendo: ¿Esa torta es para mi, mama? No, querido, es para el hombre de Dios, que, después de recorrer un camino largo, ha venido a vernos. Pero yo tengo hambre.

Lo se, querido, pero el me ha prometido que Dios no nos dejará morir de hambre.

Dio fuego a la tortilla colocada sobre los ladrillos calientes.

Repentinamente se oyó un clamor de asombro del muchacho ¡Mama!, yo pensé que tu habías dicho que no había más harina en la tinaja; pero hay! No querido yo rasqué del fondo lo ultimo de la tinaja que había hace un instante.

¡Pero hay, hay! ¡ Mira, mamá! ¡Es harina linda nueva! La viuda pobre miró en la tinaja y apenas podía creer lo que sus ojos veían. ¡Había harina allí! ¡Más de lo que había habido en muchos días! Y el aceite de la vasija rebosaba. Agradeciendo a Dios porque había rebosado su fe con tanta rapidez.

Pero esta no fue la única bendición que Dios mandó para recompensarla por la bondad que había  tenido para con su siervo. Un día  su hijo enfermo gravemente. Ella lo atendió con amor, pero continuó empeorando. Viendo que se moría, lo tomó en sus brazos y el niño allí mismo exhaló el último suspiro.

¡Elías! ¡Elías! Exclamó. El hombre de Dios bajó desde el piso alto, donde vivía y vio lo ocurrido, le dijo a ella dame a tu hijo y tomó su cuerpo inerte y lo subió a su habitación, lo extendió sobre su cama y oro al Señor por el niño diciendo te ruego OH Jehová, Dios mío! Que vuelva el alma de este niño.

“Jehová oyó la voz de Elías, y volvió dentro del niño su alma y revivió” Mira tu hijo vive. Mientras ella exclamó eres hombre de Dios y la Palabra de Dios esta en tu boca.

Hay muchas personas que Dios quiere bendecir, dale prioridad a ayudar a otros entender tus manos aunque no lo entiendas y recibirás así como la viuda un milagro de vida de parte de Dios!

Claudiahdez_07@hotmail.com

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