La Torre de Babel de la política criolla

La Torre de Babel  de la política criolla

Son tantas las ambiciones de los políticos dominicanos en lucha para al menos guisar algo con los que detentan el poder que el panorama social es cada vez mas confuso y posible presagio de acciones desesperadas de quienes no quieren morirse sin oler algo cerca del poder.
Y será por eso es que estamos acostumbrados, y lo vemos como algo normal, que personajes políticos, desde que Trujillo fuera eliminado en 1961, se mantienen activos y todavía pontifican en los medios sociales con sus mismas teorías y aspiraciones. Y de frente a los políticos ambiciosos más jóvenes, se ofrecen como paradigmas de la honestidad, no sabiendo que todo el mundo conoce de sus perversidades cuando alguna vez disfrutaron de las mieles del poder.
Se trata de una conducta personal de la desesperación y de creerse que sus verdades son las únicas que debería aceptar el pueblo y ser creídas como las únicas valederas. Y es que ocultan sus incapacidades y ambiciones, que cuando se han visto al frente de una posición ya sea pública o privada, las trastornan por completo en su funcionamiento aparte de las malversaciones que se producen a nombre del clientelismo y favoritismo de seguidores y familiares.
Desde un tiempo para acá los políticos han estado desesperados ante las presiones que sectores gubernamentales habían ejercido para aprobar una ley de partidos con primarias abiertas estableciendo en las mismas que todos los partidos debían celebrarlas el mismo día. Parece que los estrategas de Palacio se han dado cuenta de su error en su estrategia de control total. Entonces han optado por lo normal en esos casos que es dejar que el proyecto perima en el Congreso bajo la excusa que se esta revisando, corrigiendo y estudiando el adefesio que parió el Senado. Y ya la Junta Central Electoral ha sentenciado que con las herramientas legales que tiene en sus manos puede garantizar adecuadamente las elecciones del 2020. Dice que no necesita de la ley para las primarias abiertas que tienen un costo extraordinariamente elevado e inalcanzable con el monto del Presupuesto de la nación. La carta de ayer del presidente Medina a los presidentes de las Cámaras para que se cree una comisión que le haga frente al proyecto de ley electoral queriendo demostrar las bondades de las primarias abiertas tiene sus bemoles y solo sirve para sembrar más dudas y divisiones con lo que el proyecto no pasará por ahora.
El diálogo de sordos ya está en el torbellino de la vida política que con tantas opiniones interesadas hace que el ciudadano común se asombra de las ambiciones que afloran sin desparpajo para someter al país a las agonías de los temores sociales. Nadie se entiende. Tan solo se quiere arrollar a los opositores que no piensan igual que ellos. Y eso da lugar a un ambiente de torre de Babel por la gran confusión que se ha creado para tratar de que solo se acepte su posición de centralismo. Se busca una forma de modificar la senda que era la tradicional para el caudillismo ahora más ilustrado con toda la ayuda de las modernas tecnologías de la comunicación. Y eso produce una nueva fórmula para la sumisión de la voluntad ciudadana a creer de nuevo en los políticos mesiánicos ofreciendo bienaventuranzas a sus seguidores.
Y es que ahora con todos los recursos del Estado, por más esfuerzos para imponer la transparencia en todos los negocios con el Estado, hay quienes han inventado la trampa y cada día uno se asombra de ver las indelicadezas que se cometen. Crece en la percepción de la gente que en las altas instancias del poder se anida un foco de la corrupción indestructible.
El país ha mantenido un ritmo de progreso desde 1965, increíble para el desorden burocrático endémico. Pero es que hay grupos sociales, técnicos, profesionales y económicos que les duele el país y que preparados y bien capacitados le saben hacer frente a un desafío que cuenta con el trasfondo de un eficaz lavado de dinero que ha hecho florecer las ciudades con imponentes estructuras que se elevan al cielo, confirmando la calidad de la innovación de los sectores que creen en el país. Mientras que los políticos se mantienen enredados en su Torre de Babel y sumergidos en su lodazal de una conducta impropia. Ellos buscan alcanzar las riquezas mediante un asalto a los recursos públicos en la forma de comisiones, ventas ficticias y contratos de obras sobrevaluados para permitir generosas comisiones. Esto se ha visto con el escándalo de la Odebrecht y de todo lo que se ha movido tras bastidores con las decenas de obras contratadas que han dejado una estela de repartideras de dinero que ha afectado a la clase empresarial, periodística y política.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas