La tortuga de  carey, diurna,  solitaria  y amenazada

La tortuga de  carey, diurna,  solitaria  y amenazada

Diurna y solitaria, recorre los arrecifes de la isla en busca de alimento, ignorando la amenaza que contra su especie existe por la utilización de su concha para la elaboración de productos artesanales.

A la explotación comercial ilegal se une la costumbre milenaria entre  los habitantes del Caribe de utilizar su carne y huevos como alimento, creyendo -falsamente- que poseen poderes afrodisiacos. Ambas realidades han provocado que  la tortuga de carey esté   actualmente en peligro de extinción.

Carey (Eretmochelys imbricata)  es el nombre común que se  da a una de las cuatro especies de tortugas marinas que anidan en el país, cuya  población se ha  reducido a niveles alarmantes, al punto de que apenas se reportan entre 20 y 30 hembras anidando por año.

Otras amenazas a las que se enfrentan, tanto ésta como todas las tortugas marinas que anidan en playas dominicanas,  son la captura accidental y dirigida, especialmente con redes de pesca,  la degradación de sus hábitats de anidación (especialmente por eliminación de la vegetación natural, iluminación artificial y desechos en las playas) así como de alimentación, especialmente los arrecifes de coral y pastos marinos (por la contaminación y cambio climático), según explica Yolanda León, bióloga marina, especialista en tortugas  marinas en República Dominicana y profesora del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).

Explotación comercial.  Carey es el nombre que también se le da a los escudos que conforman el caparazón de esta tortuga, utilizados para elaboración de artesanías. Una sola tortuga de carey puede producir entre libra y media  y 3. 3 libras de carey. 

Este dato adquiere mayor relevancia cuando se comprende el valor económico que tienen los productos de carey en el mercado, cuyos precios oscilan entre los RD$300 y RD$18,000 pesos.  

León expresa que las placas de concha de carey son las piezas de queratina que recubren el caparazón. Se  piensa que esta concha es especialmente dura para proteger a esta tortuga frente a la abrasiva superficie de los arrecifes de coral, “a pesar de su dureza, al calentarse, la concha se torna maleable, permitiendo la elaboración de múltiples objetos muy apreciados a lo largo de la historia, pues desde los tiempos de la colonia, en todo su rango de distribución, la concha de carey se ha utilizado en la fabricación de artesanías, incluyendo la artesanía estilo Bekko del Japón, los muebles antiguos estilo Boulle de Francia, y una serie de accesorios (sobre todo peines, cofres y peinetas) que caracterizan la variada artesanía iberoamericana”.

Ecosistemas marinos.  Para la mayoría de los dominicanos, la situación de amenaza del carey y demás tortugas marinas les es ajena, quizás, por ignorar el valor que las mismas tienen en la subsistencia de los ecosistemas marinos de la isla.   En otras palabras, de su preservación depende, a su vez, la preservación de los arrecifes y la protección de la pesca nacional.

Su papel en la salud de los ecosistemas marinos -indica León- es fundamental, debido a que se alimenta de esponjas y de otros invertebrados marinos que compiten por luz y espacio con los corales.

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Para preservar  el carey

Como bióloga marina y miembro del Grupo Jaragua, Yolanda León  sugiere a la población  poner punto final a la explotación comercial del carey:     no comprar ningún artículo elaborado con concha de carey, ni consumir su carne o huevos; hacer un boicot de los negocios que ofrecen carey, no  comprarles nada en castigo;

Otras recomendaciones

Reportar a instituciones como Grupo Jaragua y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales los negocios (fecha, dirección, nombre y foto si es posible) que venden esta artesanía para que se les apliquen las leyes vigentes; difundir esta información y explicarle a amigos y relacionados el daño que causa esta artesanía a las tortugas de carey. 

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