La tradición de las alegres campanas navideñas

La tradición de las alegres campanas navideñas

“Belén, campanas de Belén, que los ángeles tocan”…. Esta es una hermosa melodía que anuncia la llegada de la Navidad, celebración que -por fortuna- ya está muy cerca. Y es precisamente en esta temporada del año en la que las campanas retoman un valor más decorativo convirtiéndose en un detalle emblemático de esta festividad.

Las campanas son instrumentos musicales generalmente metálicos que suenan al ser golpeados por una pequeña pieza que cuelga de su interior. Haciendo un recuento por la historia de las campanas, antiguamente eran conocidas en los pueblos egipcios y asiáticos en forma de campanillas, y usadas de igual manera por griegos y romanos.

También fueron adoptadas por la Iglesia católica para convocar a los fieles desde por lo menos el siglo V. En esa época los romanos les dieron el nombre de tintinábulas mientras que los cristianos las llamaron signum debido a eran utilizadas para señalar o avisar la hora de las reuniones.

Ya más tarde, en el siglo VII, comienzan a denominarse como campanas. Casi inmediatamente debieron ser reducidas de tamaño, lo que ha permitido que en la actualidad se hayan adaptado a diferentes usos, siendo uno de ellos, las ambientaciones navideñas.

Un dato realmente curioso es que en la ciudad de París está prohibido que se toquen las campanas de las iglesias. Solo la catedral Notre Dame de París cuenta con el privilegio de hacerlas sonar para celebrar la Navidad.

Por fortuna, el mercado tiene a su disposición una gran variedad de campanas navideñas en diferentes estilos, colores y tamaños, con los que se puede recrear una bonita ambientación de temporada.

Lo bueno de este simpático adorno es que se pueden colocar en una gran variedad de espacios, como una mesa o estante, y si lo prefiere, puede optar por colgarlas en la puerta o en alguna pared de la casa u oficina.

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