«Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte».
Con esta frase, la activista dominicana Minerva Mirabal respondía a principios de la década de los 60 a quienes le advertían de lo que entonces parecía un secreto a voces: el régimen del presidente Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961) iba a matarla.
El 25 de noviembre de 1960, su cuerpo apareció destrozado en el fondo de un barranco, en el interior de un jeep junto con dos de sus hermanas, Patria y María Teresa, y el conductor del vehículo, Rufino de la Cruz.
Más de medio siglo después, la promesa de Minerva parece haberse cumplido: su muerte y la de sus hermanas en manos de la policía secreta dominicana es considerada por muchos uno de los principales factores que llevó al fin del régimen trujillista.
Y el nombre de las Mirabal se ha convertido en el símbolo mundial de la lucha de la mujer.
Este sábado, como cada 25 de noviembre, la fuerza de Minerva, Patria y María Teresa se hará sentir especialmente con motivo del Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, que fue declarado por la ONU en honor a las hermanas dominicanas.
La «gota que colmó la copa»
Conocidas como «Las Mariposas», estas mujeres nacidas en una familia acomodada en la provincia dominicana de Salcedo (hoy Hermanas Mirabal), con carreras universitarias, casadas y con hijos, contaban en el momento de su muerte con cerca de una década de activismo político.
Dos de ellas, Minerva y María Teresa, ya habían pasado por la cárcel en varias ocasiones. Una cuarta hermana, Bélgica Adela «Dedé» Mirabal, quien murió este año, tenía un papel menos activo en la disidencia y logró salvarse.
«Tenían una trayectoria larga de conspiración y resistencia, y mucha gente las conocía», le explica a BBC Mundo Luisa de Peña Díaz, directora del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD).
Ese fatídico 25 de noviembre funcionarios de la policía secreta interceptaron el automóvil en el que se trasladaban las hermanas en una carretera en la provincia de Salcedo, en el centro norte del país.
Las mujeres fueron ahorcadas y luego apaleadas para que, al ser lanzadas dentro del vehículo por un precipicio, se interpretara que habían fallecido en un accidente automovilístico.
En el momento de morir tenían entre 26 y 36 años, y cinco hijos en total.
«Fue un día terrible, porque aunque lo sabíamos, no pensábamos que se iba a actualizar el crimen», dice Ángela Bélgica «Dedé» Mirabal en el documental «Las Mariposas: Las Hermanas Mirabal».
«Había unos policías y yo les agarraba y les decía: convénzase que no fue un accidente, que las asesinaron», contó Dedé.
La popularidad de las tres mujeres, unido al aumento de los crímenes, las torturas y las desapariciones de quienes se atrevían a oponerse al régimen de Trujillo, hizo que este asesinato marcase la historia dominicana.
«Fue tan horroroso el crimen que la gente empezó a sentirse total y completamente insegura, aun los allegados al régimen; porque secuestrar a tres mujeres, matarlas a palos y tirarlas por un barranco para hacerlo parecer un accidente es horroroso», explica De Peña Díaz.
En palabras de Julia Álvarez, escritora estadounidense de origen dominicano, la clave para explicar por qué la historia de las Mirabal es tan emblemática radica en que le pusieron un rostro humano a la tragedia generada por un régimen violento que no aceptaba disidencia y que llevaba tres décadas de asesinatos en el país.
«Esta historia cansó a los dominicanos, que dijeron: cuando nuestras hermanas, nuestras hijas, nuestras esposas, nuestras novias no están seguras, ¿de qué sirve todo esto?», afirma Álvarez, autora de la novela ‘El tiempo de las mariposas’, basado en la historia de las hermanas Mirabal que inspiró una película del mismo nombre.
En ese sentido, la directora del MMRD señala que todos los implicados en el «ajusticiamiento», como se conoce en República Dominicana a la muerte de Trujillo a tiros en una carretera el 30 de mayo de 1961 cuando iba con su chófer a visitar a una joven amante, «citan sin excepción el crimen de las Mirabal como la gota que colmó la copa».
El poder de las mariposas
«Las Mirabal sacaron sus brazos de la tumba de forma fuerte», indica Peña Díaz.
Y pese a que los homenajes a estas hermanas tardaron en llegar por miedo, hoy Minerva, Patria y María Teresa son un símbolo de la República Dominicana.
En el país caribeño además de una provincia con su nombre, les han dedicado, por ejemplo, un monumento en una céntrica vía de Santo Domingo y un museo en su honor que cada 25 de noviembre se convierte en lugar de peregrinaje de muchas personas.
Además, desde 1981 la fecha de su muerte se convirtió en un día señalado en Latinoamérica para marcar la lucha de las mujeres contra la violencia, realizándose el primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, en Bogotá (Colombia).
En dicho encuentro las mujeres denunciaron los abusos de género que sufren en el nivel doméstico, así como la violación y el acoso sexual por parte de los Estados, incluyendo la tortura y la prisión por razones políticas.
En 1999 la ONU lo convirtió en un día internacional.
Cifras dolorosas
Para la escritora Julia Álvarez, si las hermanas Mirabal siguieran vivas hoy en día tendrían mucho por lo que seguir luchando.
«En el mundo, los derechos de muchas mujeres aún no se respetan y muchas no tienen acceso a la educación», señala.
De hecho, la violencia de género ha llegado a ser calificada de «pandemia» en América Latina donde, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de 2013, «entre la cuarta parte y la mitad de las mujeres declaraban haber sufrido alguna vez violencia de parte de un compañero íntimo«.
Con motivo de la conmemoración de este día, el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de la ONU para la Promoción de la Mujer (INSTRAW, por sus siglas en inglés), cuya sede está en República Dominicana, aseguró en un informe que más del 50% de las mujeres y niñas en América Latina y el Caribe ha sufrido agresiones de alguna índole.
Según la ONU, la violencia en sus propios hogares es la principal causa de las lesiones que sufren las mujeres de entre 15 y 44 años en el mundo.
En el caso de América Latina, la investigación de Naciones Unidas determinó que entre el 30% y el 40% de las mujeres del continente ha sido víctima de algún tipo de violencia intrafamiliar. Una de cada cinco falta al trabajo por haber sufrido una agresión física en su casa.
En Chile, el 60% de las mujeres que viven en pareja ha sufrido algún tipo de violencia, en Colombia más del 20%, en Ecuador el 60% de las que residen en barrios pobres, en Argentina el 37% y en Nicaragua el 32% de aquellas que tienen entre 16 y 49 años.
En Estados Unidos, donde una mujer es agredida cada 15 segundos, la tercera parte de las que son internadas de emergencia en los hospitales ha padecido la violencia en su propio hogar.
Por eso, indica Álvarez, pese a que ya ha pasado más de medio siglo desde la muerte de las hermanas Mirabal, «aún es tiempo de las mariposas«.