Ese 24 de mayo de 2004, la naturaleza volvería a sorprender a la desprevenida población en una de las comunidades más cercanas a la República de Haití, tal y como lo hizo con la nación hermana en mayo de 1842 y como lo haría posteriormente en enero de 2010, pero esta vez no con un terremoto.
La fría madrugada de ese lunes, los residentes de la comunidad “La 40”, ubicada en el municipio Jimaní de la provincia Independencia, en el área limítrofe de la frontera entre República Dominicana y Haití, al sur de la isla, vivieron entre el estupor y la impotencia como la muerte se apresuraba por el caudal de un río que desde hace 90 años atrás no mostraba actividad.
Por azar del destino República Dominicana y Haití han compartido tragedias durante toda su historia, inclusive, los terremotos antes mencionados afectaron ambas naciones, esta ocasión no sería diferente.
El río Soliette, conocido así por nuestros vecinos, nace en la cadena montañosa de “La Selle”, que se eleva por encima de los 2,680 metros sobre el nivel del mar, específicamente en la cima del Pico La Selle–el pico más alto de la nación haitiana-, también al sur de la isla, y que llega hasta la República Dominicana donde se convierte en el río Blanco desembocando en el lago Enriquillo, que a su vez, es alimentado por los ríos que fluyen desde la cordillera de Bahoruco, siendo el monte de “La Selle” en Haití y la Sierra de Bahoruco en República Dominicana parte del mismo sistema de montañas.
Leer más: Hoy en la historia. Muere poeta mexicano Amado Nervo
Para el 24 de mayo las predicciones atmosféricas presentaban probabilidades de 2.7 milímetros de precipitaciones, una humedad de 81% con temperaturas de 29 y 22 grados y vientos de 13 kilómetros por hora. No obstante, y a pesar de que, no se anunció vaguada, tormenta o algún fenómeno parecido las lluvias que cayeron en la zona acumularon 148.8 milímetros.
Las condiciones de la montaña más alta de Haití en estado de depredación por la deforestación sumada a una cuenca de 150 kilómetros cuadrados propiciaron la tragedia del Soliette.
Entre 400 y 500 personas murieron a causa de este suceso en Jimaní, mientras que del otro lado de la frontera se contabilizaron otras 300 que sufrieron la suerte de ser arrastradas por las violentas aguas producidas por las torrenciales lluvias. Además, 212 casas quedaron reducidas a las ruinas, 620 dañadas por la crecida del río, 71 fueron afectadas parcialmente y otras 35 tuvieron que ser acondicionadas por los escombros dejados atrás por la tragedia del Soliette.
Leer también: RD y Cuba firman acuerdo de cooperación en Cambio Climático
El lamentable suceso obligó a declarar la zona en estado de emergencia y movió a la solidaridad a de organismos internacionales y nacionales, gobiernos, diplomáticos y empresarios con los que se pudo recaudar 12 millones de dólares, que para el mes de mayo de 2004, según el Banco Central, se cotizaba a 46.9 la compra, lo que quiere decir que para la época se reunió la friolera suma de 562 millones 800 mil pesos (RD$562,800.00) que al día de hoy con una tasa de interés promedio en los últimos 18 años de un 8.07% representaría US$4,851,476,952 (cuatro mil ochocientos cincuenta y un millones cuatrocientos setenta y seis mil novecientos cincuenta y dos dólares), es decir, que al día de hoy, con la compra del dólar a 55.0 pesos por uno, serían RD$266,831,232,360 (doscientos sesenta y seis mil ochocientos treinta y un millones doscientos treinta y dos mil trescientos sesenta pesos), una cantidad muy superior al Presupuesto General de la Nación para este 2022 que es de RD$1,155,565.3 el más alto sometido por el Poder Ejecutivo hasta el momento. También se donaron raciones alimenticias, medicina, agua, ropa, tiendas de campaña, vehículos de rescate y otros útiles.
Leer: Estados Unidos facilitará más vuelos y enviar más remesas a Cuba
Sin embargo, a pesar de lo elevada que puede resultar esta suma de dinero, las autoridades reportaron que las lluvias ocurridas luego de la tragedia del Soliette causaron daños a la agricultura en la zona ascendentes a RD$1,029 millones lo que representaría un déficit de RD$466,200,000 (cuatrocientos sesenta y seis millones doscientos mil pesos), para cubrir daños.
Tras el hecho, además de las económicas, se tomaron una serie de medidas que buscaron prevenir otro desastre similar en la zona, sin embargo, con el devenir de los años sobrevivientes a la tragedia del Soliette han denunciado como se han obviado resoluciones municipales que declararon el lugar “De alto riesgo” y ordenan que se establezca un área verde.
Pese a estas disposiciones en el lugar se han establecido instituciones públicas y privadas, además del levantamiento de viviendas, principalmente de nacionales haitianos.