La trampa del pasado

La trampa del pasado

El nuevo director de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), Pedro Féliz Jiménez, ha tenido un mal comienzo, pues no pudo cumplir con su primera promesa: dar a conocer los datos definitivos del VIII Censo de Población y Vivienda en diciembre pasado.

Se debe recordar para los desmemoriados que ese conteo poblacional, levantado en octubre del 2002, registró las mayores dificultades en la historia censal dominicana, como quema de boletas, empadronadores pobremente entrenados, cartografía incompleta y omisión escandalosa en algunos lugares.

En cartas enviadas a instituciones públicas, Féliz Jiménez prometió que esas informaciones serían ofrecidas el 15 de diciembre, cuando la racionalidad indicaba que era imposible. Insistió una y otra vez, como el que quiere ignorar la realidad, y, al final, no pudo.

El círculo de funcionarios más cercanos lo convenció, con argumentos poco serios, de que se podía divulgar el informe final en el mes pasado. El se tragó ese cuento. !Cuánto soñar¡ Hubo empleados más responsables que le comunicaron al director que no había tiempo suficiente, pero hizo caso omiso a los conocedores del asunto.

Ahora que el director de la ONE y su grupo quedaron mal parados, no sé cuál explicación ofrecerán para justificar el incumplimiento en la entrega de las informaciones definitivas. Ya no hay argumentos que valgan. Cualquier fecha que se ponga de nuevo se verá con mucha ojeriza.

El director de la ONE está reeditando, con infinita pobreza, lo que fue una costumbre de la gestión pasada (la de Luis Hernández Marté): hacer anuncios sonoros, a sabiendas de que no puede cumplirlos, buscando crear falsas expectativas en la opinión pública.

Cuando se recurre con frecuencia a esa práctica, la institución pública cae en un descrédito, lo que se agrava porque han sido incapaces de hacer un censo mínimamente decente. ¿Quién va a creer en unos funcionarios que anuncian una cosa y hacen otra?

Sólo los incautos y fanáticos del oficialismo.

El VIII Censo de Población y Vivienda pasará a la historia como uno de los más desastrosos del país. Se ha querido vender la idea de que quienes hemos criticado ese disparate lo hacemos para hacer daño. Nada de eso. Sólo buscamos que arreglen los entuertos, si es posible.

El director de la ONE, proveniente de la banca, fue nombrado en la institución a principios de septiembre, luego de fracasar el pasado incumbente. Féliz hizo algunos cambios, pero no los necesarios para enrumbar el organismo por un nuevo camino. Es más de lo mismo.

Un mes más tarde, para sorpresa de muchos, el funcionario se despacha que daría a conocer los datos finales en diciembre. Los demógrafos independientes y funcionarios capaces de la ONE quedaron sorprendidos por el anuncio tan desatinado. Si se había tardado el procesamiento de datos, cómo, de buenas a primeras, se trabajaría a un ritmo tan acelerado para difundir el informe final del censo. ¡Ni que fuesen magos y tuviesen los más calificados demógrafos del mundo!

El próximo anuncio de la ONE debe tomarse con pinzas. Incumplir ha sido una norma de esa institución. Además, pocos confían en los datos del censo. Se difundirán tan tarde que tendrán poca utilidad para los planificadores y en la elaboración de las políticas del gobierno perredeísta.

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