Por Orlanjoy Golibart
En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso. Con una economía de comportamiento muy inferior a su potencial durante el primer semestre y lo que va del segundo del 2023; un mercado laboral asfixiado por impuestos regresivos, un sistema fiscal complejo, lúgubre e inalcanzable para el tejido empresarial mayoritario y sin dar respuesta al enorme reto de verdaderamente reformarse; una inflación delicada más un panorama internacional a velocidad de la luz en cambios, transformaciones de conducta y reglas han ido poniendo en jaque al Gobierno y al – poco – tejido empresarial dominicano, se le agrega un reto más delicado: una crisis semidiplomática con lo que queda del país más pobre del continente americano.
Algunas de las causas que se pueden señalar son: 1) Carencia de una verdadera Política de Estado y su consecuente continuación sin importar banderas partidarias, 2) Exigüidad de un Plan Geopolítico Nacional donde el vecino al oeste y el del norte sean los protagonistas principales, 3) Poca habilidad del cuerpo diplomático dominicano para gestionar de manera oportuna, eficaz y contundente la defensa de los intereses dominicanos & 4) Un sistema sociopolítico-económico tratando de reformarse del peor cancer llamado corrupción que abarca lo publico como privado en los últimos años. A juicio del autor las gestiones van desde 1996-2024, con algunos matices y aciertos.
La decisión del presidente Abinader de cerrar la frontera dominico-haitiana deja un panorama desolador a nivel geoeconómico de la misma, con pérdidas-daños que sobrepasan lo económico y los más de USD$200 millones diarios que se comercian en ella (tanto formal como informal), pues no se contabilizan los efectos psicoeconómicos sobre el comercio y los agentes económicos tales como decisiones arbitrarias que hizo la aduana dominicana aún a fecha 22 de septiembre 2023 en no permitir a los comerciantes de ingresar a sus locales para ejecutar tareas de limpieza, revisión de mercancías, extracción de mermas entre otras. Podría justificarse dicha medida y ya sería cuestión de otro comentario enfocado especialmente en ese aspecto. Lo anterior deprime el espíritu comercial de la zona fronteriza y es un caldo de cultivo para que se deshagan de sus posiciones comerciales, tal como si se trataré de una devastación de Osorio en menor intensidad, permitiendo a la hambrienta e insaciable expansión del empresariado haitiano en la zona fronteriza hacerse con mayores posesiones y monopolios. Principalmente en Dajabón.
Desolación, descorazonamiento, incertidumbre e inseguridad en el fondo de la psiquis de los pobladores de dicha zona es lo que se respira. Crónicas de carencias comunicativas y planificadoras en materia económica. Es bien sabido, por experiencia vasta a nivel global, que los bloqueos económicos no modifican causes políticos ni solucionan diferendos más que traer emigración y depresión económica, sino pregunte a su vecino venezolano o ucraniano. Es admirable la agilidad, sagacidad y deslumbrante coordinación del cuerpo diplomático haitiano. Es dolorosa la ingenuidad, opaca y torpe maniobrabilidad del cuerpo diplomático dominicano. Quien o quienes hayan asesorado al presidente Abinader en bloquear el intercambio económico entre los pueblos dominico-haitiano para desincentivarlos de continuar como ellos llaman su «honroso» canal deben ser considerados ingenuos, cuando menos. Pues dicha decisión lo único que ha logrado es que el vecino obtuviese dividendos ante la comunidad internacional y llevará a Dominicana hacia una trampa donde el llamado arbitraje internacional sería la guillotina. Amanece aún para concluirlo, sin embargo, la experiencia confirma la hipótesis. Ya se verá. Dominicana debió escalar el tema. Ser más prudente. Ahora, posee una única salida – por el momento -: permitir la reactivación un (1) día a la semana – en teoría -. La medida anterior otorga una vía de respiración a un cuerpo que se ahoga, sin prisa pero sin pausa. Inmediatamente posterior, se debe convocar a vistas públicas para discutir sobre un Plan Nacional de Readecuación y Reactivación Económica Nacional, acorde al paralelo de los comienzos del Plan Geopolítico Nacional 2050. Cónsonamente, persistir en la urgente cirugía para mejora del moribundo vecino país y, únicamente despues de organizado, se debe ejecutar el arbitraje – sino es que ya se habrá diluído el mismo por causas naturales o sociales -. Adicionalmente, abogarse por la continuidad de la renovación del cuerpo diplomático dominicano con profesionales sedientos de proteger los intereses nacionales, excluyendo el partidismo e intereses amiguísticos.
El autor es analista geopolítico y de inteligencia económica.
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