Por Ramón Diloné
Durante décadas, tras el Movimiento Renovador, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) es el referente obligado para las demás instituciones públicas que necesitan lograr su institucionalización.
Debido a esa realidad el reglamento que rige la carrera administrativa de la universidad estatal, es la base para la elaboración de la Ley de Servicio Civil y Carrera Administrativa, la 14/91, del 20 de mayo de 1991.
Sin embargo, hoy la UASD no es referente, sino un reflejo de la degradación que en todos los órdenes se verifica en la sociedad dominicana, pues son frecuentes las violaciones al Estatuto Orgánico, a sus reglamentos y a la ley 41-08 de Función Pública.
Después de que el finado Miguel Rosado deja la rectoría en febrero de 2002 , quien trata de limpiar la institución, el proceso de deterioso en la academia es cada vez mayor. Cada rector al final de su gestión realiza un festival de nombramientos y de promociones en violación a las normas establecidas.
Desde entonces las violaciones al artículo 6 del Estatuto Orgánico son reiterativas, constantes y más significativas, porque todo el que llega a la rectoría, al final de su gestión, trata de imponer uno de sus acólitos.
El artículo 6 establece que: *»La vida universitaria se desenvolverá conforme a un espíritu de democracia, justicia y solidaridad humana. Estará abierta a todas las corrientes del pensamiento, las cuales serán expuestas y analizadas de manera rigurosamente científica»*.
Si la UASD es democrática, justa y solidaria, por qué hay que vejar, perseguir, irrespetar, maltratar, humillar y ofender a los que no están de acuerdo con el grupo que dirige. Por qué hay que recurrir a chantajes y amenazas para apoyar un candidato.
Como la UASD está abierta a todas corrientes del pensamiento y es hacedora de ciencia, por qué violentar los procesos y los reglamentos para perjudicar a unos con derechos y favorecer a los sabuesos sólo porque son falderos.
La denuncia que hacen siete de los 13 miembros de la directiva de la Asociación de Empleados Universitarios (ASODEMU), debe mover a preocupación y reflexión a los universitarios. No es posible que cada vez que finaliza una gestión, se produzca una cacería en la UASD.
Es preciso indicar que las gestiones que más aumentan la nómina de los empleados universitarios son las que tienen lugar en los períodos 2011-2014 y 2018-2022. Esto es una simple *»coincidencia»* del acontecer uasdiano.
La primera (2011-2014) rompe todos los récords, pues en ese trienio ingresan a la academia 1,251 empleados, mientras que en la presente van 598, cantidad que significa un aumento en la nómina general de un 14%, igual a 16.7 millones de pesos al mes y 200.4 al año, sin incluir la regalía. La UASD es un patrimonio del pueblo dominicano, no una empresa propiedad de un grupo. Ningún miembro de la Primada de América debe emplear esa condición para satisfacer intereses particulares de grupos, partidos o personas.
Hay que evitar que la UASD siga la ruta del despeñadero. La academia tiene que volver a ser referente social y contribuir a la promoción permanente de los valores de la *»verdad, transparencia, solidaridad, igualdad, libertad, equidad, tolerancia, convivencia, responsabilidad y paz»*.