La UASD en la hora de su rescate y renovación

La UASD en la hora de su rescate y renovación

Tirso Mejía-Ricart

El triunfo de la coalición de los grupos (FESD, FEFLAS y FELABEL) sobre las fuerzas retrógradas que con el apoyo del actual Rector y el gobierno, permitió desplazar a una dirección anquilosada de la Federación de Estudiantes Dominicanos que se había hecho crónica, sin elecciones durante cinco años, con una Dirección burocratizada y añeja y llena de privilegios irritantes, en una Universidad pobre de un pueblo pobre y más de doscientos mil estudiantes.
Ese triunfo es una coyuntura para impulsar el saneamiento real y la renovación de nuestra casi quinticentenaria academia de estudios superiores. En un artículo anterior (19-02-2017) de este mismo periódico, hice una rápida enumeración de las realizaciones que logró el Movimiento Renovador de la UASD que comenzó en 1965 y la convirtió en una institución admirada en los órdenes académico, social y político.
Democratización, descentralización, departamentalización y diversificación resumen los objetivos básicos alcanzados. Superó la formación integral del estudiantado, con deportes, artes, fiosofía, historia y ciencias experimental, se dotó de laboratorios, nuevas carreras, posiciones de orientación institucional, extensión y luchas por la democratización de la enseñanza fueron algunas de las tareas cumplidas. Todo esto con un gobierno hostil que coartaba sus actividades.
Ahora, muchos distinguidos dirigentes que han pasado por la UASD hacen planteamientos sobre cómo hacer revivir a la universidad para sacarla de la postración en que se encuentra. Casi todos coinciden en que ésta necesita más fondos para recuperarse. En realidad, la universidad necesita más recursos, pero en las condiciones actuales más dinero cae en el barril sin fondo de la ineficiencia para nuevas “creaciones”, asesorías, “incentivos”, “compensaciones” y cargos innecesarios.
Lo que se requiere es forjar una voluntad de cambio, que debe comenzar con los estudiantes, quienes deben tener mayor representación en el escogiendo, acaso un 20% de alumnos sobresalientes; profesores que ingresen tras concursos calificados, autoridades elegidas democráticamente, que sean verdaderamente independientes y los empleados que necesite la institución. Por ejemplo, en 1965 había el doble de empleados que profesores, pero 10 años después esa relación se había invertido a un doble de profesores, muchos de éstos bajo el régimen de dedicación exclusiva.

Hoy en día se ha vuelto a que los empleados dupliquen a los profesores, quienes tienen que atender muchas veces a más de 75 estudiantes, frecuentemente sin aulas ni pupitres. Se recurre a la memorización y al uso de apuntes desgastados, de espaldas a la tecnología que nada ofrecen en favor de la enseñanza, y no hay supervisión, de manera que cada quien hace lo que quiere…

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