La UASD, la Academia y la Ciencia

La UASD, la Academia y la Ciencia

POR DOMINGO ABRÉU COLLADO
Cuando se habla de la Uasd se habla de la academia más vieja del Nuevo Mundo. Cuando se habla de la Academia casi siempre se hace referencia a la Academia de Ciencias de la República Dominicana. Y cuando se habla de ciencias se piensa que es en esas dos instituciones donde éstas, las ciencias, habitan o deberían habitar. Dos grandes esfuerzos se realizan actualmente para que las ciencias recuperen esos dos nichos en los que una vez se incubaron.

Sin embargo, es notoria la apatía por los estudiantes en todo el territorio nacional por las ciencias, prefiriendo carreras con cuyos títulos puedan competir por cargos públicos o empleos privados. En la Universidad Autónoma de Santo Domingo se están otorgando facilidades a los estudiantes a fin de motivarles a escoger carreras científicas, tales como Geografía, Biología, Química, Física y otras.

Recientemente ser realizó en la «Academia San Thomae de Aquino», nombre original de la UASD, la Jornada de Investigación Científica 2004, que según su Rector Magnífico, el doctor Porfirio García Fernández, «representa la continuidad de un esfuerzo, contribuyendo a su institucionalización», además de «un estímulo para todos los científicos y científicas, así como sus instituciones que aspiran a crear una comunidad de investigadores apta para responder a los grandes retos de nuestro desarrollo.»

Aunque la UASD -como academia oficial, del Estado- debería dedicar mayores esfuerzos a la investigación tras la búsqueda de soluciones a problemas nacionales tan acuciantes como la energía, la alimentación y la educación, en realidad se queda en los esfuerzos por hacer crecer su matrícula estudiantil con propósitos ambiguos y poco claros, aun evidenciándose un alto índice de mediocridad en sus resultados que debería llamar la atención de sus dirigentes.

El Rector de la UASD responsabiliza a la «falta de política de Estado de investigación» la falta misma en la Universidad del Estado en diseñar esa política. Y más que diseñarla, crear investigadores según crea productos. Según el doctor García Fernández, la Jornada de Investigación Científica 2004 «sirve para evaluar lo que estamos haciendo y nos compromete a avanzar por el camino correcto de la investigación», y presenta como pasos en esa dirección «mejorar significativamente el sueldo de los investigadores», la creación de «un fondo para publicar los resultados de todas las investigaciones», la creación de otro fondo para ampliar el número de proyectos aparte de unos «54 proyectos sobre áreas vitales del desarrollo nacional» presentados al Gobierno.

Pero en la UASD, la lucha por cargos y puestos en departamentos que deberían echar adelante las ciencias anula toda posibilidad de desarrollo científico. Un ejemplo de ello es el Departamento de Biología, donde se realizarán elecciones de dirección próximamente y donde aparentemente puede optar cualquier persona, atendiendo solamente a sus ambiciones personales, pues se ha incluido entre los aspirantes a una persona con un delicado prontuario de faltas, manejos turbios y aprovechamiento ilícito de posiciones.

No obstante hay también opciones decorosas, como es la candidatura de la bióloga Altagracia Espinosa, de probada moral y espíritu de trabajo. Pero eso será tema especial sobre la biología y la UASD.

LA OTRA ACADEMIA

La Academia de Ciencias de la República Dominicana es la otra que, como la Universidad Autónoma de Santo Domingo, debería dedicar los recursos que recibe y los recursos humanos que ha tenido a su disposición para desarrollar proyectos científicos de importancia. En esa otra Academia también se celebrarán elecciones más próximamente aún, el próximo 18 de diciembre.

Pero contrario a como debería ser, se presenta en la Academia de Ciencias una situación conflictiva producto de supuestas expulsiones de académicos -verdaderos profesionales e investigadores- en franca violación a los estatutos que le dieron origen.

Según el doctor Nelson Moreno Ceballos, académico y candidato a la presidencia de la Academia, la exclusión de 34 académicos resulta injusta, ilegal y denigrante, tanto por la forma como por la estatura moral y académica de los profesionales involucrados.

Según declaraciones del doctor Moreno-Ceballos «es proverbial ya en nuestra Academia  el hecho de que cada vez que un grupo de científicos difiere del Dr.(Mario) Bonetti, terminan siendo separados de la institución mediante un método «suigeneris», él mismo los quita de la lista. Tal cosa ocurrió con el eminente médico, ex-presidente de nuestra Academia, el Dr. Arnaldo Espaillat Cabral, con el Lic. Frank Moya Pons, con el  Lic. José del Castillo, con el Dr. Marcio Veloz Maggiolo, para solo destacar lo ocurrido con quienes de algún modo lideraron esos procesos.»

Más adelante, el candidato del Movimiento Consolidación y Cambio indica; «ellos, con ideas distintas, y propuestas diversas, marcan hitos importantes en el proceso de construcción de nuestra Academia, y sin embargo, el Dr. (Mario) Bonetti pretende, sencillamente, «borrarlos» de la lista de miembros.»

SIN CIENTÍFICOS NO HAY ACADEMIA

Según los juicios planteados por el Movimiento Consolidación y Cambio, que participará en las elecciones de la Academia de Ciencias, no es posible hacer ciencia en la Academia sin científicos como los que cita han sido «sacados» del listado de la institución.

Atendiendo a lo que establecen los Estatutos de la Academia de ciencias la Junta Directiva podría «separar de la Academia a cualquier Miembro que haya violado o incumplido sus Estatutos y Principios, después de haber sido oído. Para esto se requiere la votación de las dos terceras partes del Consejo directivo» (Capítulo 10, acápite n). En caso de renuncia de uno de sus miembros, la Junta Directiva deberá seguir el mismo procedimiento luego de haber realizado un esfuerzo por disuadir al renunciante de su petición.

Hasta donde se sabe, con ninguno de los 36 académicos «expulsados» se procedió de acuerdo a lo que establecen los Estatutos, por lo tanto, siguen siendo miembros de la Academia y están en pleno derecho de participar en las actividades de la Academia, incluyendo, naturalmente, votar en las próximas elecciones.

PARA TENER UNA IDEA

Basta con echarle un vistazo a los nombres de los académicos «sacados» de la Academia de Ciencias para caer en la conclusión de que no son propiamente las ciencias las luces que alumbran los caminos actuales de esa institución. El presente listado está redactado alfabéticamente por apellidos.

Moisés Alvarez, Venecia Alvarez de Vanderhorst, Diógenes Aybar, Frank Báez Everstz, Andrea Brechelt, Antonio Pérez Memen, Miguel Ceara Hatton, José Casanova, Roger Cade, Amparo Chantada, José Chez Checo, José del Castillo, Mariano Defilló, Carlos Esteban Deive, Isis Duarte Tavárez, Héctor Dotel, Arístides Estrada Torres, Franklin Fajar, Dirk Gunter, y Amadeo Julián.

Además fueron excluídos del índice de miembros de la Academia los científicos Arnaldo Espaillat, Fernando Luna Calderón, Ciriaco Landolfi, Frank Moya Pons, Víctor Melitón Rodríguez, Alvaro Nadal, Pero Suárez, José Luis Sáez, Isidoro Santana, Nidápoles Soto Bello, Antonio Thomén, Salomón Jorge, Marcio Veloz Maggiolo, Rafael Yunen Zouain y Mario Tolentino Dip.

La Secretaría de Estado de Educación, Ciencia y Tecnología, bajo cuyas directrices está la Academia de Ciencias, ha decidido supervisar las elecciones que se habrán de celebrar en esa Academia, y está al tanto de que todos los aquí mencionados siguen siendo miembros de la Academia, pues con ninguno de ellos se ha cumplido con los Estatutos de la institución para ser considerados como no miembros.

Es por esa razón que el Movimiento Consolidación y Cambio está llamando a una reunificación de todos los académicos para dotar de un nuevo rumbo a la entidad a partir del próximo 18 de diciembre.

Publicaciones Relacionadas