Hoy 
El 28 de octubre de 1538, Su Santidad el Papa Pablo III elevó a la categoría de Universidad el Estudio General Santo Tomás de Aquino que regenteaban los religiosos dominicos del Real Convento de la Española, bautizándola con el nombre de Universidad de Santo Domingo (Universitas Sancti Dominici).
Siglos después, los del Movimiento Renovador Universitario iniciaron los aprestos de convertir ese legado en una Universidad Nacional. Esas iniciativas no llegaron a feliz término debido a los obstáculos interpuestos en su contra por los gobiernos del doctor Joaquín Balaguer. Hoy, gracias al ambicioso programa de remodelación de la más antigua institución de educación superior de América que lleva a cabo el gobierno del presidente Leonel Fernández, la UASD está a punto de convertirse en una Universidad Nacional, en todo un sistema de universidades públicas.
En efecto, la Universidad estatal ya está presente en 16 de las 31 provincias del país. Dispone de un Campus en la ciudad de Santo Domingo y de nueve ciudades universitarias en el interior del país: UASD Higüey; UASD Barahona; UASD San Juan; UASD Bonao; UASD Santiago; UASD San Francisco de Macorís; UASD Nagua; UASD Mao y UASD Puerto Plata. Todas esas ciudades universitarias disponen de modernos edificios, de bibliotecas, de laboratorios y de instrumentos tecnológicos de última generación. Se proyecta construir en un mediano plazo otra ciudad universitaria en un lugar equidistante entre las provincias de San Pedro de Macorís y La Romana.
En el Campus de la ciudad de Santo Domingo, los trabajos de remodelación de los edificios de las Facultades de Ingeniería y de Ciencias de la Salud están a punto de concluir. Lo mismo ocurre con los trabajos de construcción del hospital universitario, la torre administrativa, el parque tecnológico y el comedor universitario. Todas esa obras serán inauguradas meses antes de que concluya la actual gestión de gobierno peledeísta.
La Universidad Autónoma de Santo Domingo es la mejor dotada del todo del archipiélago caribeño y de muchos lugares de tierra firme.
Tratando de restarle mérito a la obra de gobierno del presidente Fernández en beneficio de la UASD, los prejuiciados de ayer y los resentidos de hoy hacen hincapié en lo que todos sabemos, en el hecho de que los cuantiosos recursos económicos que el gobierno ha invertido en la UASD y en sus extensiones regionales provienen de los bolsillos de los contribuyentes. No seamos mezquinos. Al menos, reconozcámosle al presidente Fernández el mérito de haberlo dispuesto así.
A tono con las exigencias de un mundo globalizado de mercados abiertos a la competencia internacional, en la UASD se ha iniciado un movimiento de reforma que contempla, entre otras acciones, la modificación del Estatuto Orgánico y de sus reglamentos; la cualificación de su oferta académica; la elevación de las capacidades de sus servidores; la reformulación de sus labores de extensión y de defensa del patrimonio cultural de la nación; y el reforzamiento y ampliación de sus labores de investigación.
