La UE: actor protagónico en el escenario internacional

La UE: actor protagónico en el escenario internacional

Efectivamente, la Unión Europea – la UE – ha devenido en un actor de primer orden en el mundo actual. Ese no era el propósito de los seis – Alemania, Bélgica, Francia, Holanda Italia y Luxemburgo – que la fundaron mediante el Tratado de Roma de 1957. La vista entonces estaba puesta en el diseño de un mecanismo de desarrollo que acelerase la recuperación de posguerra.

Sin embargo, sus avances y logros no solo potenciaron el desarrollo propio sino que pronto se convirtieron en un atractivo subyugante que sembró la idea, en la gran mayoría de las naciones del resto de Europa, de que no habría posibilidades reales de desarrollo sino bajo el concepto de integración forjando una “Gran Europa”.

En consecuencia, desde entonces, se han producido seis momentos de ampliación – la última en el 2007 – hasta llegar a los 27 estados que hoy día la integran -. La UE hoy se extiende por 4.3 millones de kilómetros y alberga unos 500 millones de habitantes.

El crecimiento más grande fue en el 2004 cuando entraron 10 nuevas naciones. La gran mayoría de los últimos 12 miembros son países del ex-campo socialista.

Así, se ha convertido en la mayor potencia comercial del mundo, con un rol relevante de la economía alemana; en el 2009 Alemania fue el primer exportador mundial con el 9.21 % de las exportaciones globales del mundo – seguida por China con el 8.89 % y EE. UU. con el 8.81 % -. Así mismo, la economía alemana asume el 7.33 % de las importaciones mundiales – solo superada por los EE. UU., que reciben el 13.21% de las mismas y seguida por China con el 6.90%.

Además, la UE produce una cuarta parte de la riqueza del mundo y se ha convertido en el principal donante de Ayuda al Desarrollo para países del llamado Tercer Mundo. Su moneda común, el euro, es ya la segunda moneda internacional más importante y de creciente uso en el mundo.

Ante la complejidad del escenario internacional post Guerra Fría la UE se ha visto compelida a un protagonismo pro activo en la solución de conflictos internacionales, el mantenimiento de la paz, la lucha contra el terrorismo, la liberación del comercio y el fomento del desarrollo en los países más atrasados, además de remodelar y dinamizar sus vínculos con el conjunto de naciones que fueron parte de la estructura colonial de algunos de sus miembros.

 Ese es el sustento de su Política Exterior y de Seguridad Común – la PESC -. En esencia es una contribución a la estabilidad y el desarrollo en el mundo con lo cual refuerza su bienestar interno.

 Sin dudas, la experiencia de la UE nos muestra, a América Latina y el Caribe, el potencial de la integración de lo que algunos no se quieren enterar. Europa hoy no concibe su futuro sin la integración.

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