El Consejo de la UE decidió hoy la imposición de medidas restrictivas contra esas personas, en un intento de «detener la violencia y evitar que haya más inestabilidad en la región».

En concreto, la UE alegó en un comunicado que esos dos líderes son responsables de haber «violado el acuerdo de alto el fuego» en el país, por lo que ha decidido imponer la congelación de los activos que puedan tener en la Unión y prohibirles viajar a territorio comunitario.

Además, el Consejo aseguró que mantendrá el embargo de armas que ya pesaba sobre ese país.

Las medidas entrarán en vigor mañana con su publicación en el Diario Oficial de la UE, precisó.

En una declaración paralela, el Consejo aseguró que militares y líderes políticos «siguen obstruyendo el proceso de paz en el país», y que los responsables de graves violaciones de los derechos humanos «disfrutan de impunidad».

Por ello, consideró «inaceptable» que se sigan violando los acuerdos para el cese de hostilidades firmados el pasado 23 de enero y reconfirmados el 9 de mayo.

«Ha llegado el momento de que los líderes sursudaneses asuman el desafío y empiecen a negociar de buena fe hacia una solución pacífica, equitativa y sostenible», declaró el Consejo de la UE.

En su opinión, la total aplicación del acuerdo de cese el fuego y una rápida reanudación de las conversaciones para formar un gobierno transitorio de unidad nacional son «la única manera de que el pueblo sursudanés evite la violencia y el hambre y empiece a recuperarse de la violencia y la desesperación de los últimos meses».

Sudán del Sur se independizó de Sudán tras un referéndum estipulado en los acuerdos de paz de 2005, que pusieron fin a una guerra de dos décadas que causó dos millones de muertos.

El conflicto estalló en 1983 cuando el régimen de Jartum impuso la ley islámica en todo el país, y los insurgentes del sur, de mayoría cristiana y animista, se levantaron en armas.