La UE se atrinchera mientras la Eurozona busca una solución permanente

La UE se atrinchera mientras la Eurozona busca una solución permanente

PARÍS. AFP. Todos los esfuerzos para poner fin a la crisis de la deuda en la Eurozona han fracasado hasta ahora, empujando a sus líderes hacia una dimensión nueva e incierta de una integración más profunda que podría reservar tanto oportunidades como peligros, señalan los analistas el domingo.  

Desde el impactante descubrimiento del gobierno griego de déficits ocultos en 2009 hasta el apresurado plan de rescate de hasta 100.000 millones de euros (US125.000 millones) para rescatar a los bancos españoles tres años después, la historia de la crisis de la deuda de la Eurozona ha sido un «mosaico de vendas adhesivas».  

Todos los planes de rescate de último momento para Grecia, Portugal, Irlanda y ahora los bancos españoles, surgidos debido al pánico en los mercados financieros, permitieron ganar tiempo en cada una de esas oportunidades, pero la incertidumbre regresó rápidamente.  

La operación para salvar a los bancos españoles, que supuestamente estaba destinada a disminuir los costos de los préstamos a niveles que España pueda pagar, casi inmediatamente se derrumbó, y según analistas, podría convertirse en la última gota que hace desbordar al vaso.  

El rescate «tan sólo demorará lo inevitable», afirmó Ben Taylor, un trader de ventas de CMC Markets, pues en su opinión, sumar el costo de los préstamos del salvamento de los bancos españoles a la deuda del país terminará precipitando una operación global de rescate para España.  

Eso podría empujar a Europa al otro lado del Rubicón.  

Un «mosaico de vendas adhesivas sólo puede ganar un poco más de tiempo antes de que los líderes políticos de Europa se vean empujados a alguna forma de unión fiscal y política más estrecha para salvar al euro», señaló un analista de Capital Economics, Julian Jessop.  

Sorprendentemente, en medio de la tempestad de la crisis de la deuda, los dirigentes europeos más importantes han comenzado a pedir una mayor integración al acercarse la crucial cumbre de junio 28 y 29 de la Unión Europea (UE).  

Sin embargo, los enfoques varían profundamente.  

La canciller alemana, Angela Merkel, lamentó la «falta de confianza» en las respuestas a la crisis, y pidió que los europeos «se concentren en las causas y no en los síntomas» de la crisis.  

Merkel sostiene que la clave es una unión más profunda, pero preconiza «la unión política primero y sobre todo», vinculándola a su apreciado pacto fiscal, que obliga a los países miembros de la UE a duros compromisos presupuestarios mediante la amenaza de multas.  

«Eso significa que debemos, paso a paso, ceder responsabilidades a Europa», declaró Merkel al canal de televisión público ARD a principios de junio.  

Sin embargo, «paso a paso» toma tiempo, y tiempo es lo que los dirigentes de países bajo la amenaza financiera como España e Italia, y quizás también Francia, no pueden darse el lujo de perder.  

En Forex.com de Londres, la directora de investigación Kathleen Brooks dijo que «como hemos visto en el pasado, el problema con la crisis de la deuda soberana es que es sistémica, y por lo tanto existe un riesgo de contagio a Francia, Italia, etc. Esto significa que el rescate de España podría no ser una panacea para esta crisis».  

A eso se debe a que los pedidos de ingtegración desde Francia y España hayan sido diferentes, con la notable ausencia de la palabra «política», reemplazada por llamados a inversiones y a un papel más importante del Banco Central Europeo (BCE).  

«Ya estamos en otra etapa» de la crisis de la Eurozona, reconció el presidente francés François Hollande, partidario de medidas inmediatas que permitan el crecimiento.  

Y España, cuyo gobierno conservador ha aplicado la política de austeridad inspirada por Alemania sin obtener resultados hasta ahora, sólo quiere terminar rápidamente con la pesadilla financiera que ha hundido a millones de habitantes en el desempleo y la pobreza.  

Para el presidente del gobierno español Mariano Rajoy, sólo el BCE tiene el poder necesario.  

Sin embargo, toda medida que implique una subvención de las finanzas nacionales por parte del Banco Central Europeo chocaría con la oposición de Alemania, y probablemente también del BCE.  

A pesar de las reticencias alemanaas, el economista de Unicredit Erik F. Nielsen sostuvo que la cumbre de junio «probablemente desencadenará un proceso de integración que conducirá a una unión bancaria de la Eurozona y en último término, a un reparto parcial de la deuda soberana».  

El riesgo, agregó Nielsen, sería que el «inevitable» proceso llevaría a una unión interna consistente para la UE y los miembros de la Eurozona dispuestos a participar, pero plantearía «nuevos desafíos» a los que se quedaran afuera.  

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, afirmó esta semana ante el Parlamento Europeo que a su entender, la solución para la crisis de la deuda está en un progreso urgente hacia una integración aún mayor.  

«Sin confianza (en los mercados) en la irreversibilidad de la unión económica y monetaria, nuestras posibilidades son limitadas», afirmó Barroso.  

«Nos encontramos en un momento decisivo para la integración europea», añadió, resumiendo una de las consecuencias más inesperadas de la crisis de la deuda en la zona euro.

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