¿La última revolución dominicana?

¿La última revolución dominicana?

Como cada año desde 1965 cuando llega el final de abril un grupo de dominicanos, cada vez menor, busca cómo hacerse oír al tararear “¡a luchar, soldado valiente, que empezó la revolución!”. De hecho, algunos han vivido o hecho oficio de llamarse a sí mismo “comandante” como si ninguno hubiera sido “comandado”.

La impaciencia de sectores que entendían que el Triunvirato maniobraba para quedarse con el poder culminó en una conspiración mal dirigida; el 24 de abril comenzó una revolución apoyada por una improbable coalición de boschistas, balagueristas, antiguos anti-trujillistas, militares trujillistas, empresarios y terratenientes, sindicalistas y comunistas.

Las Fuerzas Armadas se dividieron entre quienes apoyaban el retorno a la “constitucionalidad” del gobierno de Bosch y quienes apoyaban la idea del Triunvirato de celebrar elecciones nuevas. Ninguna de ambas partes quiso apoyar al Triunvirato; los “constitucionalistas” repartieron armas de guerra al pueblo. El 25 de abril estaba en pie la guerra civil dominicana y el 28 de abril, 1965, los Estados Unidos invadieron República Dominicana con la declarada intención de proteger vidas e intereses de norteamericanos, pero inmediatamente estuvieron del lado de los dominicanos contrarios a los “constitucionalistas”. La guerra civil duró casi cinco meses.

La errada percepción en Washington de que los acontecimientos en Santo Domingo estaban controlados por agentes castristas o comunistas pro-soviéticos, hizo que la situación dominicana fuese atendida directamente por los principales protagonistas en Washington, desde el Presidente Lyndon B. Johnson hasta su más íntimo equipo de asesores militares y políticos.

Si bien el error de juicio de los americanos consistía en atribuir a los izquierdistas radicales la dirección de la revolución, su temor estaba justificado desde su perspectiva, pues las entidades comunistas “se integraron plenamente desde los primeros momentos, asumiendo una actitud de apoyo militante a la insurrección en curso”, según confesó Fidelio Despradel en un libro editado por la Secretaría de Cultura. El Partido Socialista Popular (PSP, precursor del PCD), el Movimiento Popular Dominicano (MPD), el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (MR1J4) y otras organizaciones con dirigentes entrenados en China, Cuba, Europa del Este y la Unión Soviética, fueron encargados de áreas específicas de la ciudad y de comandos especiales; por ejemplo, al MR1J4 le tocó dirigir la Academia Militar que los “constitucionalistas” instalaron en el parque Eugenio María de Hostos.

¡Qué distintos eran aquellos izquierdistas idealistas de entonces comparados con los de hoy!

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