La Unesco en el Parque del Este

La Unesco en el Parque del Este

Una comisión encargada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Unesco estuvo en varias cuevas y sitios arqueológicos del Parque Nacional del Este con el propósito de evaluar la calidad de los elementos culturales que han servido de soporte para solicitar su declaración como Patrimonio Cultural Mundial. Este parque había sido propuesto por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales ante la Unesco para ser incluido en la Lista de Patrimonio Mundial sobre la base de los recursos naturales que posee, pero dicha organización ha sugerido que en lugar de la base natural, se utilice la base cultural para promoverlo como Patrimonio Cultural Mundial.

La comisión enviada por Unesco estuvo conformada por el curazoleño Jay Haviser, presidente de la Asociación de Arqueología del Caribe y cabeza de la comisión, y Racso Fernández, espeleólogo y rupestrólogo cubano.

Previo a la llegada de la comisión, tanto la Secretaría de Medio Ambiente como el Museo del Hombre Dominicano hicieron los aprestos necesarios para el recibo y acompañamiento en los trabajos de campo de los señores Haviser y Fernández, todo sujeto a las indicaciones del señor Francesco Bandarin, Director del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco; de la señora Nuria Sanz, especialista en programación de la Unidad Latinoamericana y Caribeña del Centro de Patrimonio Mundial; de Margarita González Lombardo, coordinadora logística; y de Lil Despradel, Embajadora y Delegada Permanente de la República Dominicana ante la Unesco.

El experticio en las cuevas y sitios arqueológicos del Parque Nacional del Este realizado por la comisión de la Unesco buscaba reforzar la validez del elemento cultural aborigen para su incorporación al listado de Patrimonio Cultural Mundial de la Unesco. Para ello se visitaron las cuevas «del Puente», «de José María», «de Ramoncito» y «de Berna», además de los yacimientos arqueológicos de «El Martel», «Mano Juan» (Isla Saona) y «La Tortuga».

Otro elemento buscado por los especialistas de Unesco es la evidencia arqueológica material del contacto entre aborígenes y europeos, principalmente al momento de la conquista, puesto que las únicas evidencias hasta ahora existentes de ese contacto son las versiones recogidas en las crónicas de indias.

Tanto Jay Haviser como Racso Fernández estuvieron de acuerdo en que la presencia rupestre aborigen en las cuevas visitadas resultan un argumento de mucho peso para lograr la incorporación del Parque del Este en el listado de Patrimonio Cultural Mundial de la Unesco. No obstante, las sugerencias de seguimiento hechas por la Unesco y por Icomos apuntan hacia una necesaria recapitulación de la propuesta inicial, basada esta vez en el argumento cultural y hacia la elaboración de un plan de manejo del Parque que garantice la integridad y seguridad de las cuevas y los sitios arqueológicos reportados. Ese plan de manejo debe incorporar una estrategia para futuros trabajos de prospección cultural en las zonas todavía no trabajadas.

Uno de los temores de los especialistas enviados por Unesco es que la presión turística ponga en peligro las evidencias culturales dentro y en los alrededores del Parque, toda vez que se hace necesaria la presencia económica del turismo en la región. Tomando en cuenta ese aspecto, los representantes del Museo del Hombre, encabezados por su director general, Lic. Carlos Andujar; los representantes de la Secretaría de Medio Ambiente, representada por el subsecretario de Areas Protegidas, Ing. Franklin Reynoso, y por el director de Areas Protegidas, Ing. Roberto Sánchez, y los señores Haviser y Fernández, sostuvieron reuniones con la señora Lisette Gil, representante de la Asociación de Hoteles de Bayahibe a fin de que el interés de los hoteleros sostenga una vinculación con el interés de conservación del Parque, sus cuevas y sus sitios arqueológicos.

Una exigencia final sostenida por Unesco es la necesidad de que el país garantice la permanencia de los elementos culturales en que se basa la casi segura declaración del Parque Nacional del Este como Patrimonio Cultural Mundial. Esta permanencia es verificada mediante monitoreo cada cierto tiempo. Si estos elementos resultan degradados el Parque perdería su categoría y el país el sitio.

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