La única política vigente

La única política vigente

Cuando los pueblos dan la espalda a sus políticos es porque éstos no han estado viviendo la realidad que los agobia. Esto se sintoniza con lo que actualmente observamos con las insinuaciones de una nueva reforma constitucional. Hasta los legisladores de un partido en particular le han sacado el fuego a las castañas. Parece que los dominicanos de todos los bandos planean desertar y no sabemos por qué, parece que ya los partidos no movilizan la gente como solían hacerlo antes, pues hasta funcionarios y empleados públicos no responden a las consignas. Es que los partidos políticos se han convertido en agencias de empleos, en lugar de organizar grupos de militantes y simpatizantes alrededor de un ideario profundamente establecido.

Aún cuando este análisis no convenza a muchas personas, la verdad es que este diagnóstico, aunque áspero con algo de rigor, aclara que existe una amplia deserción política, porque en toda sociedad existe un orden fundamental y básico, que todo político debe conocer y respetar.

Todos los políticos se han fijado en las simples aspiraciones de los ciudadanos. Y lo mismo sucede en el orden social, donde existen prioridades en los programas políticos que, si no se cumplen, se producen las deserciones que con frecuencia vemos en los diarios y en la televisión.

Hace tiempo que conocemos dos clases de deserciones políticas: una grave y otra menos grave. Esto queda evidenciado al final de los procesos electorales en las abstenciones. El que no lo crea, que dé un vistazo a las pasadas elecciones en EE.UU. o en Suiza, donde ocurrió un 50% y 30%, respectivamente, sin mencionar Francia e Italia. Es que por cansancio las masas vienen desligándose de la política. En nuestro país podremos en el futuro esperar lo peor, porque el voto nunca ha significado la expresión política, sino escepticismo e ironía, lo cual es muy peligroso para el futuro de la democracia, y esto así porque los pueblos quieren más cosas materiales y están dispuestos a lograrlas, pero no sólo esto buscan, quieren una democracia nueva a tono con el Internet, una democracia más participativa sin mentiras ni prepotencias.

 

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