Es evidente que en esto de lograr conquistar una vez más el poder, el Partido de la Liberación Dominicana-PLD- se mantiene monolíticamente unido.

 Y esto constituye una ventaja de gran impacto.

Los recorridos exitosos por el país del doctor Leonel Fernández, del licenciado Danilo Medina y de la señora Margarita Cedeño de Fernández, establecen una diferencia muy marcada con relación al liderazgo del Partido Revolucionario Dominicano-PRD-.

Viene a ser un punto altamente vulnerable la desunión gigante que hay dentro de partido blanco en estos momentos.

En declaraciones casi recientes, el licenciado Hatuey De Camps manifestó que él mismo trató de llevar al terreno de la armonía al señor Hipólito Mejía, candidato presidencial del PRD, y al ingeniero Miguel Vargas, pero que el esfuerzo fue inútil.

Existen unas heridas que han producido raíces de amarguras difíciles de superar.

El ingeniero Vargas entiende que  le troncharon con mucha malicia, ambición y argucias su gran oportunidad.

Y de verdad que el panorama dentro del PRD sería otro si se le hubiese dado el momento a un hombre que logró sacar una cantidad muy apreciable de votos cuando intentó por primera vez llegar a la Presidencia de la República.

Por lógica se entendía que ésta era su oportunidad.

Pero la misma le fue tronchada.

La historia indica lo letal que es esto.

Se recuerda que por más grandes que fueron sus esfuerzos, las grandes diferencias que se produjeron entre el doctor Joaquín Balaguer y el licenciado Jacinto Peynado llevó a que este último no lograra tener éxito en sus esfuerzos por llegar al Palacio Nacional.

Es vital que en una contienda electoral un partido político y sus líderes se mantengan entrelazados. No importa que esté en la oposición o en el poder.