Al grito de unidad…unidad… Y dentro de un claro ambiente de fraternidad partidista, se desarrolló el acto mediante el cual Arístides Fernández Zucco, el fogoso dirigente político mejor conocido por “El Chato”, regresó a casa política  de siempre, junto a otros trescientos dirigentes nacionales.

Si se tiene en cuenta este y otros actos anteriores llevados a cabo por diferentes  dirigentes del reformismo en las últimas semanas  y se le suman las declaraciones de los principales directores de ese partido, se puede concluir que el proceso de unificación del partido fundado por el doctor Balaguer  marcha con pasos firmes.

El reformismo, sin dudas golpeado por las disidencias y separaciones, necesita de todos sus componentes para reconstruirse y poder aspirar a una cuota importante en las venideras elecciones de medio tiempo. Creo que los responsables del destino del PRSC se han dado cuenta de que esta es quizás la última oportunidad que tiene esa agrupación política de recomponerse y volver a ocupar el espacio que le corresponde.

Todavía habría que vencer muchas mezquindades y recelos que afloran y que contribuyen a que el proceso de reunificación sea lento y tormentoso. Pero es una realidad que existe una la voluntad para que éste se complete felizmente.

Hay que esperar los resultados de la convención fijada para el día tres de mayo próximo, si se logra establecer una plancha unitaria sin mayores contratiempos, se estará dando una demostración hacia lo externo de que los actos como el organizado por El Chato, significan el deseo fehaciente de la mayoría de este partido.

Felicitemos al Chato por su  regreso a la casa política  de donde nunca realmente salió. Su actitud como dirigente político responsable y batallador, debe servir de ejemplo a muchos jóvenes que incursionan en la política con la esperanza de hacer de ella una honrosa  y loable  activad. Por ello acojo con entusiasmo el slogan de ese hermoso acto.  ¡El Chato; siempre….!