BRUSELAS. AFP.  La UE y Canadá siguieron ayer los pasos de Estados Unidos y Australia y adoptaron sendos paquetes de sanciones contra el sector energético de Irán, con lo que esperan forzar a la República Islámica a volver a la mesa de negociaciones sobre su controvertido programa nuclear.

Las nuevas medidas van más lejos que las adoptadas el 9 de junio por el Consejo de Seguridad de la ONU contra Irán por su negativa a suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio, que Occidente ve como preludio a la fabricación de la bomba atómica, pese a los desmentidos de Teherán. «Espero que Irán capte el mensaje. Los países europeos están abiertos a la negociación, pero si no responde, intensificaremos la presión», previno el lunes el ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, durante una reunión con sus homólogos europeos en Bruselas en la que se adoptaron estas sanciones sin precedentes.

En particular, la UE y Canadá, como ya hicieron Estados Unidos y Australia, apuntan al sector petrolero y del gas, clave para la economía iraní.  Europa decidió prohibir toda nueva inversión europea, asistencia técnica o transferencia tecnológica en el sector energético, afectando especialmente las actividades de licuefacción y refinado.