-2 de 3-
Por siglos, la Pontificia Universidad Autónoma de San Domingo (UASD) y la Universidad Mayor de San Marcos de Lima han estado disputándose la primacía universitaria de América. Dicho pleito comenzó aquí en el siglo XVIII cuando los religiosos jesuitas que regenteaban la extinguida Universidad de Santiago de la Paz negaron la legitimidad de los títulos de la Universidad de Santo Domingo, exigiéndoles a sus gestores dominicos la presentación de los mismos. El original de la Bula fundacional de la Universidad de Santo Domingo se había perdido; de ese documento pontificio sólo quedaban copias que no satisfacían las exigencias de los demandantes, a quienes poco les importaba la permanencia del hecho histórico de la Universidad dominica formando juventudes y expidiendo títulos reconocidos tanto en España como en América. No fue hasta mediados del pasado siglo 20 cuando, gracias a los resultados de las pacientes labores de investigación histórica llevadas a cabo por el religioso español Vicente Beltrán de Heredia en los fondos del Archivo Vaticano, y por el historiador dominicano César Herrera en el Archivo General de Indias; el primero encontró la solicitud y el registro de aprobación y despacho de la Bula fundacional de la Universidad de Santo Domingo; el segundo, localizó la copia más antigua del citado documento. Debido a esos valiosos aportes, la Bula In Apostolatus Culmine es hoy un documento histórico acerca del cual ya no cabe discusión alguna: la Pontificia Universidad de Santo Domingo, fundada el 28 de octubre de 1538, mediante la Bula In Apostolatus Culmine del Papa Pablo III, fue la primera institución de su género establecida en América, por lo que le corresponde el título de Universidad Primada.
En noviembre del 2013, junto a otros colegas del Ministerio de Educación Superior, visitamos la Universidad de San Marcos de Lima, atendiendo a una invitación que nos hiciera el doctor Jorge González y González, presidente de la Red Internacional de Evaluadores (RIEV), de estar presente, en calidad de testigos de honor, en la ceremonia de entrega de certificados de acreditación internacional a las Escuelas de Química, Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima. Aprovechamos la oportunidad para intercambiar con historiadores peruanos algunos que otros puntos de vista acerca del tema de la primacía fundación universitaria de América. Les hicimos entrega a los catedráticos de la Universidad de San Marcos de algunos ejemplares de mi libro “Origen, Auge y Decadencia de la Universidad de los Dominicos del Real Convento de Santo Domingo de la Isla La Española 1538-1823” publicado por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología en el año 2007. Recibimos de ellos una edición especial de la obra “La Universidad de San Marcos de Lima Documenta Histórica” del historiador peruano Miguel Maticorena Estrada. Nos fue muy grato intercambiar con ellos. Nos sentimos en la Universidad de San Marcos como si estuviésemos en la UASD. Ambas instituciones tienen parecidas raíces históricas. La Pontificia Universidad Autónoma de Santo Domingo ostenta el título de Primada de América por ser la primera universidad fundada en el Nuevo Mundo y la del hermano país sudamericano el de Decana de América por ser la primera institución de su género que el Imperio español fundara en América. Como vemos, la lucha entre órdenes religiosas por el predominio de la educación superior, la autonomía de las universidades, la libertad de cátedra, los privilegios de los gremios de estudiantes y maestros y hasta el llamado Fuero Universitario son cuestiones de viejo abolengo, de más de ocho siglos de existencia.