La Universidad de Silicon Valley no es tan “cool” como parece

La Universidad de Silicon Valley no es tan “cool” como parece

La idea era sencilla: olvida las escuelas superiores acreditadas y piensa en grande en la Universidad de la Singularidad. El cofundador de Google, Larry Page, y el futurista Ray Kurzweil podrían estar entre tus profesores en el Programa de Estudios de Posgrado en Singularidad, bautizada así por la idea de que los humanos, algún día, se fusionarán con las máquinas. Trabajarás en una especie de think tank combinado con incubadora para intentar resolver retos tan grandes como la energía renovable y el viaje espacial.
Kurzweil anunció el programa durante una TED Talk en 2009 y agregó que el equipo Singularidad rentó a la NASA el campus, al oriente del histórico Hangar One de la agencia en Mountain View, California. Ese año, el equipo recibió 1,200 solicitudes para su primera clase de 40.
La realidad no igualó a la publicidad. Archivos oficiales no reportados antes, otros documentos, y entrevistas con antiguos y actuales alumnos y empleados trazan un boceto en el cual casi desde el principio algunos empleados de Singularidad no lograron dominar sus peores impulsos.
Un profesor supuestamente acosó sexualmente a una exalumna, una ejecutiva robó más de 15 mil dólares, una exempleada asegura que había discriminación de género y discapacidad, y Singularidad despidió a 14 de alrededor de 170 empleados y suspendió el GSP, acrónimo del Global Solutions Program, luego de que Google suspendió el año pasado su financiamiento.

Los exalumnos dicen que la lucrativa Singularidad se transformará en otro organizador de conferencias y seminarios ejecutivos. La escuela considera comprar la compañía de seminarios Abundance 360, fundada por el cofundador de Singularidad, Peter Diamandis. “Perdió su alma”, dice Vivek Wadhwa, quien dirigió la facultad hasta 2013 y ahora trabaja en la Universidad Carnegie Mellon. “Se convierte en un corporativo para hacer dinero”.

Singularidad dice tomarse en serio la seguridad de la comunidad y cualquier acusación relacionada, pero la mayoría de estos asuntos quedaron en el pasado, según el director, Rob Nail. Agregó que ya planeaba suspender y reevaluar GSP antes de que Google pusiera fin a su beca anual de 1.5 millones de dólares. La subvención cubría alrededor de la mitad de los costos del programa, que era gratis para los participantes. Google, cuya gerente Jen Phillips dejó la junta de asesores de la universidad a finales del año pasado y no será reemplazada, dice que el dinero se enfocará en los programas de espíritu emprendedor que ofrece Singularidad.

Nail dice que aunque GSP podría renacer online casi por completo, la mayor parte del trabajo de Singularidad serán las conferencias y educación ejecutiva (colegiatura: 14 mil 500 dólares por un programa de una semana). Tuvo 10 conferencias el año pasado y para 2018 hay 18 planeadas. El 15 de febrero anunció que recaudó US$32 millones en un financiamiento de riesgo dirigido por Boeing y la firma de inversión WestRiver Group. Erik Anderson, director de WestRiver, reemplaza a Diamandis como presidente de Singularidad. Estos cambios, dice Nail, ayudarán a la compañía a generar ganancias y, por lo tanto, ayudar a más personas. “Si queremos tener un verdadero impacto”, dice, “necesitamos hacerlo de forma sustentable”.

Singularidad tenía vínculos con la NASA más allá de los edificios rentados. Los primeros estudiantes de GSP se expresan bien de una conferencia del exastronauta Dan Barry, un médico que entró al programa de transbordador espacial luego de 13 rechazos. Varios dicen que lo consideran un mentor. Barry no enseña a estudiantes de GSP desde 2013, cuando la compañía lo investigó por supuestamente acosar sexualmente a Yasemin Baydaroglu, una estudiante francesa que asistió a GSP en 2011.
Singularidad dijo que tomaba acciones para reducir la probabilidad de que los empleados fueran parte de “situaciones potencialmente íntimas” en el campus, entre ellos prohibirles estar solos con un estudiante al final del día y la instalación de varias cámaras en todos los edificios del campus para monitorear los salones. Baydaroglu dice que la respuesta de Singularidad la dejó sintiéndose muy deprimida y traicionada. Lo más mortificante.

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