La vaca muerta

La vaca muerta

Pedro René Almonte Mejía

Me refiero a una vaca bastante peculiar, es una vaca que no tiene nada que ver con aquellos mamíferos rumiantes que comen pasto y proporcionan su carne, su leche (y sus derivados) para alimentar a los seres humanos. No produce leche como la raza Holstein. Las vacas van desde la veneración hasta el maltrato dependiendo el país. Por ejemplo: En la India las vacas son consideradas sagradas y el ejemplar macho (el toro) es maltratado en las corridas de toros. En España eran muy populares y el objetivo final del torero es acabar con la vida del animal con una estocada mortal.

A mi vaca, mejor dicho a nuestra vaca que no come pasto, si no carbón, le han dado con todo lo que han encontrado en las manos; desde que nació, nuestra vaca ha sido vilipendiada, arrojada al mar, le han pasado un rodillo compactador por encima, en fin a nuestra vaca le han dado en “la madre” aunque todavía no le han dado la estocada mortal. Nuestra vaca después de tantos golpes, ya piensa que va a morir; de hecho está casi por recibir la estocada mortal. A esta vaca la han llamado Catalina por el lugar donde nació; es tan especial esta vaca que en lugar de dar carne y leche, produce energía eléctrica, específicamente 752 Megavatios. Al que tuvo la genial idea de criar esa vaca lo han acusado de haber gastado más de lo necesario criando la vaca y que un grupo se embolsilló “un billete” que correspondía para la crianza de la vaca.

Digamos que  la vaca costó 2,500 de millones dólares, aunque se ha especulado bastante con el precio de esa vaca; ¡ah vaca que le han dao duro! Pues vamos a tirar números con la  vaca ésta. Si se gastó la friolera cantidad de 2,500 millones de dólares y la vaca cada año aporta un rendimiento económico de 400 millones de dólares al año, entonces la vaca en 6 años y medio quedará amortizada, por lo tanto con una vida útil de 30 años que tiene la vaca, hará el negocio del siglo quien finalmente mate la vaca y la compre entera o por libra…

“El capitalismo liberal no es en absoluto el bien de la humanidad. Muy por el contrario, es el vehículo de la salvaje, el nihilismo destructivo”. Alain Badiou

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