LA VEGA VIEJA.- En este pedazo de tierra se encuentran sepultados cimientos de los primeros años de la Colonia, los cuales hablan también de la herencia taína dejada al pueblo dominicano. Los visitantes de esta ciudad medieval pueden ver un trozo de historia que se conserva como mudo testigo del ultraje y la ignominia que cometieron los conquistadores contra la raza indígena.

También es posible contemplar la belleza del Valle de la Vega Real desde el mismo mirador donde el Almirante Cristóbal Colón exclamó ante su magnificencia: “Es la tierra más hermosa que ojos humanos jamás hayan visto”.

Aquí, por vez primera se plantó la Vera Cruz, símbolo de la cristiandad en América. Cuenta la leyenda que en medio de una cruenta lucha entre indios y españoles, cuando los indígenas al mando del cacique Guarionex trataban de quemar la Vera Cruz sin lograr que la madera se incendiara, apareció en uno de sus brazos la Virgen de La Mercedes.

Los orígenes de esta ciudad se remontan a 1495, tres años después del descubrimiento de América cuando el almirante Cristóbal Colón llegó hasta Guarícano, donde señoreaba el cacique Guarionex, obteniendo el beneplácito para establecer la tercera fortaleza en suelo americano que llamó De la Concepción.

Pese a su pequeña extensión, la villa de la Concepción cobró mucha importancia por su fundición de oro, que hizo de ella un centro de gran actividad. Se dice que allí produjeron por primera vez azúcar de caña en las Nuevas Indias.

Un acontecimiento digno de mención es el establecimiento del primer convento de la Orden de la Merced, a unos cinco kilómetros después de La Vega Real, en la cima del Santo Cerro. Allí nació la advocación de Nuestra Señora de Las Mercedes.

Tras las violentas y poco agradables experiencias vividas por los hombres de Cristóbal Colón en La Navidad y La Isabela, los que quedaron de ellos se refugiaron tierra adentro, con la intención también de explotar el oro recién descubierto por esos lares.

En este lugar existen restos de lo que fuera la fortaleza, el acueducto, la catedral y una que otra casa de los nobles, que eran de mampostería y según las crónicas de la época eran 105 viviendas de este tipo. Los plebeyos vivían un poco más retirados y sus casas eran de madera y tejamaní.

un tesoro hundido

El 2 de diciembre de 1562, La Vega Vieja fue destruida por un violento terremoto, quedando en pie muy poco de lo que fuera su destacada arquitectura. Tras la destrucción, los residentes habitaron el lugar donde desde entonces se encuentra el poblado, en la ribera del río Camú.

Las ruinas de la vieja ciudad en la actualidad se encuentran protegidas y se conserva como un parque histórico.

La Vega Vieja fue declarada Parque Nacional Histórico junto al Santo Cerro en 1977. Entre los tesoros que posee figuran los restos de la antigua fortaleza de la Concepción, del fuerte del mismo nombre, del convento franciscano y dos cementerios, uno de ellos de población aborigen.

Así mismo hay un aljibe y variados objetos mobiliarios y ornamentales.