La venezonalizacion del país

La venezonalizacion del país

Cuando he ido a Venezuela, veo por lo general un clima de confrontación, y eso se ve a diario en las noticias internacionales; y ocurre prácticamente en todos los niveles de la sociedad política; los hay entre el gobierno y los empresarios, entre el Presidente y la oposición; entre los funcionarios del gobierno y distintos sectores productivos.[tend] Nada más hay que recordar lo que pasó con el caso de PDVESA, la más importante empresa petrolífera de ese país. Pero común también ha sido el enfrentamiento entre el Presidente y los medios de comunicación.

Hay hechos que suceden ahora en la República Dominicana que manifiestan síntomas de esa situación. Y eso, de entrada, hay que evitarlo a toda costa.

No ha sido una ni dos las veces en que se han producido respuestas del primer mandatario a declaraciones de los empresarios que no han sido nada simpáticas y mucho menos diplomáticas.

La presencia de altos generales en un encuentro con el equipo económico y un grupo de dueños de casas de cambio, también sugiere una sensación de imponer cierta dosis de autoridad (para no decir autoritarismo) en el manejo de la tasa de cambio. Es como si de verdad, usando las expresiones del primer mandatario, se quisiera agarrar la prima (del dolar) por el pescuezo. Como si se quisiera meter miedo con los militares, meterle el «cuco» a los cambistas.

Y hemos visto como se producen reacciones de algunos funcionarios a las encuestas que se publican con frecuencia en el país, y en donde se denosta a los medios y a sus ejecutivos que la publican.

Recientemente, se da el caso de la diferencia de lenguaje entre el presidente de la Cámara de Diputados y el Secretario de Finanzas en torno al proyecto del 5 % a las exportaciones. El Gobierno, por medio de ese funcionario, ratificó su disposición de que el Congreso Nacional apruebe el proyecto que establece un 5% a las exportaciones «llueva truene o ventee»

El presidente de la cámara baja considera que las declaraciones del funcionario del área económica son «desafortunadas y desacertadas». Porque esa es una potestad del Congreso, quien se supone soberano.

Pero, a la vez, el funcionario que maneja las finanzas del país le responde a la vocera de un importante grupo empresarial diciéndole que ella debe esperar ser presidente de la República para entonces cambiar el equipo económico del gobierno.

Y precisamente, ese tono, ese tipo de lenguaje, ese nivel de confrontación, es lo que nos recuerda la experiencia de Venezuela.

El país no debe abocarse a un estilo de confrontación como el que se utiliza en el hermano país venezolano.

Lo ideal es que se superen las avenencias en la patria de Bolívar.

Pero lo conveniente es que la República Dominicana busque otro modelo de referencia en donde el consenso y el lenguaje diplomático, imperan sobre el lenguaje de la confrontación.

El gobierno no puede ni debe estar peleándose con todos los sectores, con el Congreso, con los empresarios, ni con los medios de comunicación.

El país necesita del consenso y la voluntad de los que dirigen la nación, especialmente estos días navideños , por la tranquilidad de todos.

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