La mejor terapia si tu pareja te ha sido infiel

La mejor terapia si tu pareja te ha sido infiel

Una infidelidad es un agravio complicado difícil de perdonar. Saber que tu pareja podría volver a hacerlo convierte la relación en un vínculo de inseguridades y causa estragos en otros aspectos fundamentales para mantener la estabilidad.

Para superar este proceso sin tener que separarte de la persona a quien amas Joan Garriga, psicólogo y escritor del libro El buen amor en la pareja, sostiene  que vengar con amor es mejor que pedir perdón cuando tu pareja te ha sido infiel.

Según Garriga,  “El perdón puede ser peligroso cuando deja por encima, moralmente, a un miembro de la pareja”, pues, según explica puede hacer parecer que uno es bueno y el otro es malo, lo cual no es conveniente para la relación.

“Demasiado a menudo el perdón es un mensaje interpersonal que dice: “Yo como bueno, te perdono a ti como malo”, y de esa manera uno se eleva por encima del otro a través de un mensaje falso que viene de las buenas intenciones y no de la verdad del corazón. Es peligroso porque no suele dar buenos resultados”

En vez de eso, el exponente de la terapia de Constelaciones Familiares recomienda “vengar con amor”, es decir, “devolver el daño pero en una cantidad suficientemente menor”.

Y no es que se aplique la ley del talión, ojo por ojo y diente por diente, devolver la infidelidad con otra infidelidad.

Pone como ejemplo una pareja venezolana que conoció en una de sus conferencias, donde el esposo le había sido infiel a su concubina.

La esposa tenía pensado simplemente perdonarlo y hacerlo ver a él como el malo de la película, y ella, la víctima de su conducta.

En cambio, el defensor de la ¨venganza con amor¨ le sugirió irse de compras con la tarjeta de crédito de su marido e  invitar a una amiga, preferiblemente una que no le muy cayera bien a él.

El hecho desde luego no sería muy agradable ni equivale al daño que él le hizo siéndole infiel, pero en parte resarciría el dolor que le causó la infidelidad a su esposa y al final todos serían “pecadores”.

“Si se limita a perdonar  de alguna manera queda en una posición de superioridad moral, mientras que si devuelve el daño procurando que sea un poco menor, restablece el equilibrio y la igualdad, aunque pueda parecer lo contrari0,  cuida también el amor en la relación al devolverlo en menor medida”, argumenta Garriga.

 

 

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