¡No te muerdas las uñas! Una frase que reúne un problema de salud, de estética y psicológico y que nos advierte sobre la importancia que tiene el cuidado de la cutícula. Estas recomendaciones ayudan a controlar la llamada onicofagia.
La onicofagia es el hábito de “comerse las uñas” de forma continuada. Se trata de una costumbre que pueden sufrir las personas a cualquier edad y que, aunque no lo creamos, es muy difícil de dejar. Asimismo, es necesario tener en cuenta que la cutícula es un elemento clave para la protección de la uña.
Dos expertas nos acercan a este trastorno desde puntos de vista distintos:
La cutícula también sufre. La doctora Montserrat Salleras es especialista en dermatología de la Clínica Dermatológica Salleras (Barcelona) y profundiza acerca de la importancia que tiene la cutícula en el mantenimiento de unas uñas sanas y los problemas que puede acarrear mordérselas.
¿Qué función tiene la cutícula? La cutícula tiene una función protectora, pues se encarga de resguardar a la uña y al tejido que la rodea de traumatismos y de posibles infecciones. Si no hay cutícula, hay mucha más propensión a infecciones bacterianas, de hongos o víricas.
La persona que carece de ella, ya sea por alguna enfermedad, porque se la elimina de forma inconsciente cuando se muerde las uñas o si se la eliminan en las manicuras por motivos estéticos, tendrá más probabilidad de infectarse.
¿Qué riesgos tiene la onicofagia? Es un hábito que daña la cutícula y puede ir más allá, ya que el tejido periungueal (que bordea las uñas) también se ve afectado.
Si esa matriz se daña, no tiene ninguna capacidad de reparación y se trata de una alteración irreversible. Si esto ocurre, la uña va a crecer de manera distrófica, es decir, de forma irregular, más gruesa, con estrías o rasguños.
¿La manicura es una solución? La manicura de gel, en principio, no da problemas, pero hace que la uña tenga una superficie encima y permite que se acumule sudor, agua, jabón, lo que hace que haya más propensión a coger infecciones, sobre todo de hongos, que son los gérmenes a los que les gusta la humedad.
Cuando se retira el gel, se puede provocar un daño en la lámina de la uña, que hace que sea más fea
Por otro lado, si una persona tiene una enfermedad, hay veces que se ponen estas uñas como remedio estético y solución cosmética. Al no poder empeorarse, se recurre a esta vía. Eso sí, hacerse la manicura no se trata de una solución para dejar la onicofagia publica el portal Terra.