Viendo la multitud, subió al monte y se sentó. Se le acercaron sus discípulos. Mateo 5: 1
¡Cuánto tenemos que aprender de Jesús! Él es nuestro Maestro y nosotros Sus discípulos. Por eso Sus discípulos no se apartaban de Él, sabiendo que Sus enseñanzas los llevarían a otro nivel.
La Palabra nos habla de cómo las personas se maravillaban cuando Jesús hablaba. Por eso muchos Le seguían y otros dejaban todo por estar con Él. Estos hombres y mujeres supieron que Jesús tenía la revelación del Padre, porque nunca habían escuchado tales palabras.
Los fariseos se preguntaban de dónde conocía esas cosas si no era de edad avanzada. Ellos estaban intrigados por tanta sabiduría. Sepamos que nosotros tenemos en nuestras manos ese tesoro tan preciado, el cual hace dos mil años fue revelado y hoy está para dárnoslo, a nosotros.
Su Palabra es la voluntad de Dios expresada, la cual nos da a conocer y entender Sus propósitos divinos. Si nuestra mente tuviera la capacidad de entender que Él quiere seguir haciendo discípulos y nosotros somos parte de su plan… Para eso necesitamos ser formados mediante Su Palabra y no dejar pasar un día sin leerla con agrado; para ser llenos de Su conocimiento y entender las verdades que nos transformarán y cambiarán.
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