La verdadera razón de la caída en las ventas de autos

La verdadera razón de la caída en las ventas de autos

Han sido unos meses difíciles en Detroit. Después de siete años de ventas exitosas, el mercado automotor de Estados Unidos está derrapando mal.

El segmento de autos y camiones de EE.UU. es notablemente fácil de entender, pero una mirada a algunos de sus indicadores puede plantear un cierto quebradero de cabeza. Durante los últimos 20 años, el número de conductores con licencia ha aumentado a un ritmo de cerca de dos millones al año (Uber y Lyft no han modificado esa cifra). Asimismo, el número de vehículos matriculados ha subido en cerca de tres millones anualmente.

Claro, hay aberraciones, pero teniendo en cuenta esos números y la economía actual –un mercado de trabajo fuerte, financiamiento relativamente asequible y gasolina barata–, es razonable preguntarse ¿por qué, entonces, están hundiéndose las ventas de automóviles? El único punto flojo del mercado es la tasa de reemplazo, es decir, la frecuencia con que los coches y camiones pasan a ser descartados como chatarra. Aquí es quizá donde los ejecutivos del sector deberían haber visto la desaceleración que se aproximaba. En las últimas dos décadas, alrededor de 13 millones de vehículos salieron de la flota estadounidense cada año, mucho menos que el número de vehículos nuevos vendidos en los últimos cinco años. Los clientes deseosos de renovar sus vehículos mantuvieron el mercado funcionando bien durante un tiempo, pero ese desequilibrio finalmente afectó a los fabricantes de automóviles. A medida que más vehículos permanecían en sus cocheras, menos salían de las concesionarias.

Los estadounidenses todavía tienden a poseer un poco más de un vehículo por persona, pero están manteniendo esos vehículos durante más tiempo. El auto o camión promedio en las carreteras estadounidenses de hoy fue fabricado el 2005. Los vehículos fabricados en los últimos 15 a 20 años son mucho más fiables que sus predecesores. La industria automotriz estadounidense está en una situación difícil, en parte porque hizo demasiado bien su trabajo.
Mientras tanto, el ritmo acelerado de la innovación puede empeorar aún más las cosas. Con cada avance en el sistema eléctrico de propulsión y la conducción autónoma, es más fácil imaginar una máquina que cambie el juego, y la perspectiva de cambios hace que algunos posibles compradores prefieran esperar a ver qué se presenta. ¿Por qué comprar un coche nuevo ahora cuando el vehículo de tus sueños asoma justo sobre el horizonte? Un Toyota Camry 2017, todavía no es muy diferente de la versión de 2007. Alguien que conduzca el modelo temprano, sin embargo, puede imaginar un Camry 2020 que se conduzca solo y se impulse por electrones.

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