La verdadera reforma fiscal

La verdadera reforma fiscal

Por Ubi Rivas
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) entregó el día 13 del presente mes de julio su propuesta de reforma fiscal al presidente Hipólito Mejía en la cual, escalando un catálogo de impuestos, contempla captar $22 mil millones en un año fiscal.

Ese mismo día, los diarios insertaron la información de que en los primeros seis meses del presente año, el subsidio a la energía eléctrica trepó los $12 mil millones, es decir, un pronóstico de $24 mil millones al año.

El subsidio al GLP debe identificarse su monto, el cual es usado en más de un 60% por más de cien mil vehículos que usan ese combustible por su bajo costo, y no obstante, elevan los precios de los pasajes públicos en los llamados carros de «concho».

La ponencia se dirige a convidar al presidente electo, doctor Leonel Fernández, un hombre que sabe pensar, a reflexionar precisamente en torno a esta preocupante situación, en el sentido de eliminar para siempre todo tipo de subsidio, que todo el mundo pague su factura eléctrica pero rigurosamente cónsona con su real consumo, no que las clases altas y media (¿?) paguen de por sí y además la energía que consumen las barriadas populosas, que tienen, de paso, de todo, aire acondicionado, lavadoras, planchas eléctricas, blowers y hasta estufas eléctricas.

El presidente electo dispondrá a partir de agosto 16 venidero de quizás el respaldo más unísono que gobernante alguno pudiese concitar en los 160 años de vida republicana de los dominicanos, porque la disyuntiva es que de no apoyarlo incurriríamos todos en fracasar, no el como gobernante, que es pasajero, sino el país, que es eterno, concomitante con sus habitantes todos.

Chapear bajito la excesiva e insoportable nómina del Estado, es otro reto para el cual el presidente electo dispone del absoluto respaldo de la ciudadanía.

Valdría la pena en realidad sumar todo cuanto representaría la eliminación de todo tipo de subsidio, energía eléctrica y glp, reducir sensatamente el tamaño del Estado en cuanto a empleomanía innecesaria atañe, y profundizar el andamiaje fiscal impositivo actual, para determinar cuanto representa en recursos, y se comprobará fácilmente que los nuevos gravámenes que presenta el PLD ahora, nunca ni por asomos durante la campaña electoral que lo condujo al poder, son innecesarios, porque con las medidas propuestas, se sobrepasaría con mucho todo lo que ahora se persigue sin tomar en cuenta las privaciones mayores a que se obligaría a una ciudadanía acogotada por los desaciertos del peor gobierno que hemos padecido en toda la historia.

No es razonable ni justo colocar al país en la disyuntiva no solamente del sálvese quien pueda, sino vigencia de la teoría del científico británico Charles Darwin de que «entre los hombres como todas las especies, solamente los más fuertes sobrevivirán».

El presidente electo debe iniciar sus primeros pasos con firmeza, y hombre de reflexión, discernir que la tramitación sin un ápice de modificación del proyecto de reforma fiscal por el presidente Mejía al Senado, sería, de conducirse así, el primer resbalón, el primer anzuelo que morderá el nuevo gobierno, la primera gran trampa en que irremisiblemente, debutando, caería.

Es, empero, tiempo prudente para rectificar, lo que es de sabios, y tratándose de ejecutorias populares, añadir el mayor cúmulo de directrices correctas para que en esa dirección, sumar felicidad a los gobernados, la prioridad número uno de un gobernante.

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