La vergüenza del
analfabetismo hasta cuándo

La vergüenza del<BR>analfabetismo hasta cuándo

FAUSTINO COLLADO
Es difícil entender cómo es posible que los dos partidos gobernantes que han representado en su momento sentidas aspiraciones nacionales, esto es, el PRD, y el PLD, no hayan eliminado el analfabetismo en República Dominicana.  Cuando a menudo expreso esta preocupación, que atormenta a muchos, con mis compañeros profesores y profesoras de la UASD, especialmente las de Pedagogía y Orientación, me dicen: qué se puede esperar de estas incapaces élites gobernantes. ¿Acaso no les conviene la ignorancia que el analfabetismo sostiene?

Pero yo me resisto a pensar que a educadoras y educadores de toda una vida como Ivelisse Prats Ramírez, Ligia Amada Melo, Andrés Reyes, Milagros Ortiz Bosch, Alejandrina Germán, entre otros que han presidido la Cartera de Educación, se les haya impuesto un pacto no escrito para mantener en la oscuridad espiritual a cientos de miles de dominicanos y dominicanas.

Al igual que como pienso en el terreno económico, en el sentido de que es a los empresarios que les conviene una ampliación del mercado basada en la renovación progresiva de los salarios y en la productividad, pienso que el partido gobernante que erradique el analfabetismo se eternizará en la conciencia colectiva, recibiendo una renta política permanente.

Pero no sucede así, no ha habido ese interés real de la clase política gobernante, y para explicárnoslo, en vez de acudir a la intelección potsmoderna, parece que se debe retroceder al período anterior a 1530, cuando el protestantismo empezó alfabetizar a Europa.

¿Realmente retrocedemos? Literalmente no, pero sí. Se han realizado algunos esfuerzos que han dado mediocres resultados, que la época hace insignificantes.

Entre esos esfuerzos están: 1. El Programa de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (PRALEB, 1993-1996), 2. Jornada Nacional de Alfabetización (1996-2000), 3. Programa de Alfabetización en la Zona Fronteriza y Samaná (PROALFSA, 2000-2004), 4. Red Nacional de Alfabetización (2005-).

De acuerdo a cifras oficiales, en 1993 había aproximadamente 950,000 analfabetos mayores de 12 años, para un 18% de la población mayor de esa edad, mientras que en el año 2002 teníamos 735,000 mayores de 15 años (13%), aunque en 10 provincias los analfabetos pasan del 20% y en 14 provincias del 15%.

Sin entrar a considerar la divergencia metodológica que representa hacer el cálculo con mayores de 12 años o de 15 años, pues en el último caso se reducen los analfabetos, vemos que en 10 años el analfabetismo disminuyó en cinco puntos porcentuales.

Desde 2005 el presente gobierno, a través de la Red Nacional de Alfabetización, un esfuerzo público y privado, se ha propuesto alfabetizar un 3% anual de los iletrados, igual a 21,000 personas.

Sin embargo, la graduación nacional de 10,000 alfabetizados el 31 de enero pasado, realizada por la Secretaría de Estado de Educación, habla de metas no cumplidas, y de un ritmo que necesitaría de 70 años para acabar con esa vergüenza nacional.

Todo esto, sin contar con los analfabetos menores de 15 años que surgen cada año por falta de cobertura y por la deserción, así como por los demás analfabetos reales que produce el pésimo sistema educativo. Aún duplicando o triplicando las metas oficiales crecerían dos generaciones conviviendo con esa ignominia social.

Llama la intención, por igual, que en el Foro Presidencial por la Excelencia de la Educación, que acaba de celebrarse, en los 14 puntos de la Declaración General, la palabra alfabetización no está presente una sola vez.

Evidentemente, que en este como en otros problemas nacionales no hay voluntad política, voluntad social y voluntad intelectual para enfrentar esa rémora social de nuestra historia, cuya superación entraría al país en una nueva etapa de su desarrollo.

Muchos y muchas concuerdan conmigo en que es urgente elaborar y ejecutar una Campaña Nacional por la Eliminación del Analfabetismo, como una prioridad nacional, para que en tres años el país sea declarado libre de ese mal. Pero acerca de cómo hacerlo hablaremos próximamente. faustinocollado@msn.com

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