La Vicepresidencia celebra un concurso de arte con resultados muy positivos

La Vicepresidencia celebra un concurso de arte con resultados muy positivos

Hace menos de dos años se celebró un primer concurso de pintura, convocado en todo el territorio nacional por el Despacho de la Primera Dama, estipulando que la edad de los participantes debía situarse entre los 18 y los 35 años, y que los candidatos sean estudiantes o recién graduados de una escuela de arte. Se pedía a los concursantes trabajar sus obras en base al tema de los Valores –cívicos, morales, sociales-: la respuesta sorprendió por su cantidad y por su calidad, sin que la propuesta temática fuese obstáculo para la inspiración.

En el renglón de fotografía, otro certamen se organizó, similar en reglamento y principios, aunque el certamen pictórico mostró superioridad. Muy importante era una celebración con carácter de regularidad, para incentivar a los talentos emergentes –como se ha hecho en Casa de

Teatro. Felizmente, ha sucedido. El Segundo Concurso Nacional de Pintura Joven por los Valores, organizado como el primero por iniciativa de la doctora Margarita Cedeño de Fernández, lo celebra lógicamente la Vicepresidencia de la República y corresponde al Bicentenario del Nacimiento de Juan Pablo Duarte. Consiguiendo nuevamente resultados muy positivos y confirmando esperanzas en el arte dominicano joven, las obras seleccionadas y premiadas están expuestas en la Galería Nacional de Bellas Artes.

En el 2013, esos valores se fundamentaron en el Ideario del máximo Patricio de la Independencia y verdadero guia de la consciencia cívica nacional. Treinta y dos obras fueron seleccionadas, seis premiadas. El jurado de selección y premiación, integrado por Danilo de los Santos, Thelma Leonor y Miguel Valenzuela, hizo una labor minuciosa de apreciación, tanto en el contenido ideológico -lo que se imponía-, como en la originalidad y el dominio técnico.

La exposición. Con un montaje sencillo, que solo pretende enseñar las obras -todas con un mismo formato-, la exposición enfoca la pintura de una nueva generación, formada profesionalmente en la Escuela Nacional de Artes Visuales, la Escuela de Bellas Artes de Santiago y la destacada Escuela de Diseño de Altos de Chavón. Obviamente, a pesar de la participación de varios de sus graduandos, las academias oficiales de la provincia, requieren recursos: en las actuales condiciones, se les hace sumamente difícil, sino imposible, responder a las necesidades de su alumnado.

Observamos aquí que la expresión pictórica mantiene formalmente la línea, el gesto, la pasta, la pincelada, a la vez que estas “pinturas-pinturas” transmiten, más que preocupaciones, convicciones y metas al alcance de indivíduos y colectividad. Que la tela se pueble de figuras, abstracciones o mezcla de ambas, la seriedad del oficio permanece como denominador común, al igual que la diversidad de tendencias, generalmente herederas de la tradición moderna, mientras pocos optan por un lenguaje mixto más contemporáneo.

Obras premiadas. La unidad temática de los valores no planteaba problemas, pero por la misma inmensidad del personaje, no pocos participantes se inhibieron y se concentraron en una aproximación al retrato, no solamente retadora en general sino por la casi ausencia de imágenes testimoniales y fieles de Juan Pablo Duarte. Y ahí la buena voluntad no igualó los resultados, así mismo en las alegorías patrióticas.

Los tres premios, las luminosas abejas solidarias de Modesto Santiago Álvarez, la anciana – a la vez realista y óptica- de Angel Jiménez de la Cruz, la niña mixta y mítica de Rafael Antonio Almanzar Santana, en orden de premiación, sobrepasan la promesa. Y no desmeritan las Menciones -¡bravo por la compensación metálica!- otorgadas a Obed González, Alejandro Pérez Dominguez, Leonel Puntiel, los tres de esmerada factura. Ahora bien, quisiéramos ver más de esos seis autores, que podrían presentarse en una breve muestra, simultáneamente colectiva e individual.

…Ojalá se celebre el Tercer Concurso, pues los Valores no se detienen como fuente de inspiración: los jovenes deben seguir recibiendo incentivos, y esta propuesta demuestra haber rendido sus frutos. Es a la vez importante estímulo a la creación y necesario reconocimiento a la vitalidad de la pintura que es categoría mayor en la historia del arte dominicano.

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