En La Victoria no solo están presos más de cinco mil reclusos en el recinto carcelario que lleva ese nombre, sino más de 70 mil habitantes con que cuenta ese distrito municipal, de Santo Domingo Norte, prácticamente incomunicados por el estado deplorable de la carretera que lo une con el poblado de Villa Mella y  ríos, como el Tosa, que lleva una semana crecido con más de 20 comunidades atrapadas.

Ayer, por ejemplo, los moradores de Mata Mamón, el Ocho, el Siete, Reventón, Cañuela y otros llevaban siete días incomunicados y para poder cruzar hacia La Victoria debían hacerlo en  una yola que cobra 25 pesos por persona, quienes obligados a pagar para no morirse de hambre en sus lugares, de por sí envueltos en la miseria, por el abandono en que han vivido históricamente por las autoridades nacionales y municipales.

Desde hace más de diez años, los habitantes de la zona reclaman la construcción de un puente sobre el río Tosa, pero hasta el momento solo han recibido promesas, mientras la vía se deteriora cada vez más, a pesar   que en la zona están ubicados los Humedales del Ozama, un monumento natural que con un buen acceso  se convertiría en uno de los más importantes  atractivo para el turismo en Santo Domingo.