Cuando en septiembre del 2016 en ocasión de celebrar su 25 aniversario, el Teatro Guloya de Ciudad Colonial presentó la obra de Pedro Calderón de La Barca “La vida es sueño”, nunca soñaron que con esta obra marcarían un hito en la historia de nuestro teatro.

Pero a veces los sueños no solo sueños son, y se convierten en una realidad no imaginada al llegar a su presentación número 100 el pasado mes de noviembre. Una placa fue colocada en el vestíbulo del Teatro Guloya para conmemorar este acontecimiento.

Luego de unas emotivas palabras del director Claudio Rivera y del intelectual Odalis Pérez, ingresamos a la sala a disfrutar una vez más de “La vida es sueño”, y de nuevo volvimos a soñar con la osadía de Rivera y su particular enfoque de esta obra del Siglo de Oro que trasciende en el tiempo, y desde su visión y respetando la esencia del drama, todo cobra protagonismo, música, títeres, máscaras, pantomima y el movimiento continuo, característica esencial del Teatro Guloya.

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Los tres actos de la obra están unidos en una sola jornada pletórica de escenas intensas, algunas con pinceladas de color local.

Calderón de la Barca, en esta su obra cumbre, presenta la dialéctica fundamental de la libertad y el destino.

El drama gira en torno a la privación de la libertad de Segismundo por parte de su padre, el rey Basilio de Polonia, quien lo encierra por miedo a que se cumplan las predicciones del oráculo, según el cual este lo vencería y humillaría. Segismundo sin saber quién es, ignorando el delito cometido para merecer tal castigo, en un momento de introspección cabila, e inicia su célebre monólogo: “Ay mísero de mí, ¡Ay infelice! Apurar, cielos, pretendo, ya que me tratáis así, Qué delito cometí contra vosotros naciendo!”.

Víctor Contreras hoy como ayer con gran dosis de dramatismo, encarna al atribulado personaje.
Durante estas 100 presentaciones, algunos personajes han sido interpretados por los mismos actores, Viena González es “Rosaura”, Claudio Rivera en su doble rol de director y actor, interpreta a “Basilio”. Otros personajes tienen nuevos intérpretes.

Gilberto Hernández como “Clarín”, el jovencito Dimitri Rivera encarna a “Clotaldo”, Joanny García a la infanta “Estrella” y Brian Payano es “Astolfo” –Duque de Moscovia- cuya duplicidad de brazos nos remite a figuras del panteón hindú. Todos en sus diferentes roles logran un nivel de excelencia.

Uno de los momentos más impactantes es en el que Segismundo, meditativo, pronuncia el famoso soliloquio que termina con las siguientes interrogantes: “¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción. Y el mayor bien es pequeño; Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.

Felicitamos al Teatro Guloya al celebrar estas cien presentaciones de “La Vida es Sueño”, y damos las gracias a su director, Claudio Rivera, por permitirnos seguir soñando con el encantamiento de sus presentaciones.