La vigencia del latín -Otras precisiones-

La vigencia del latín -Otras  precisiones-

El uso de términos y expresiones privativas latinas está presente, como es cosa sabida, en el habla popular, profesional y científica.
Con toda naturalidad, un niño dice: “Tía, le trajeron el curriculum” o bien, un abogado comunica a su cliente: “Ya tengo el affidavit (declaración jurada). Un científico naturalista chino llama al mosquito generador del dengue “Aedes Aegypti” (la mansión de Egipto), etc.
Cuando un término latino es mal pronunciado, el oyente que no conoce la pronunciación correcta, la repite, la difunde, y ésta termina fijándose en determinado colectivo. Y como el estudio de esta lengua no tiene lugar en cualquiera escuela, la corrección se dificulta, si bien hay medios para remediar el caso, porque el latín que se usa es “de oído”, pero válido.
Hagamos algunas precisiones:
1. No debe decirse “de gratis”. Como ese término significa “de balde”, se comete el denominado “error de traslación” (o cruce de palabras). Se traslada indebidamente la partícula “de” junto a gratis.
2. No debe decirse “interim” (con sonido agudo). Tanto en español (que termina en “n”), como en latin, (en “m”) es palabra esdrújula.
3. En la expresión “Ius soli, ius sanguinis (derecho de suelo, derecho de sangre), la “u” en la palabra “sanguinis” (esdrújula) debe sonar siempre después de la “g”, igual que después de la “q” quorum, quasi, quid.
4. Palabras como: curriculum, addendum, pensum, referendum, diferendum, memorandum, datum, peccatum, ultimatum, desideratum… que están escritas en singular, forman el plural sustituyendo la terminación “um” por “a”. Por tal razón, ha de decirse indefectiblemente: los curricula, los addenda, los pensa y nunca “la curricula”, la addenda, etc, pues no se trata de femenino, sino plural latino acompañado de un plural español. (El latín no usa “s” para pluralizar).
5. Placet (pláchet). Palabra usual en el campo diplomático. Expresa la conformidad de un gobierno con la designación de un representante diplomático de otro país. Esta palabra no debe tener sonido agudo como hacen algunos hablantes, pues en latín sólo hay palabras llanas y esdrújulas.
6. Por tanto, cuando se habla de la rigidez cadavérica, se usan las palabras “rigor mortis”. La primera palabra tiene igual escritura en español y en latín; en el primero es aguda y en el segundo, llana.
7. “El niño hizo la tarea motu proprio”. Es innecesario, como ocurre con frecuencia, anteponer a esta expresión latina la partícula “de” o “por”, porque está implicada en el primer término. En el segundo término ha de figurar la letra “r” en ambas sílabas.
Decidí escribir este artículo porque, habiendo oído a académicos universitarios, comunicadores y presentadores con flaquezas latinas, escuché en tres momentos distintos a un Premio Nacional de Literatura decir “in situs”.
Cualquiera puede consultar que se dice “in situ”, sin “s”, (en el lugar en que ocurre u ocurrió algo”), porque la palabra “situ” figura en lo que se denomina caso ablativo, que obliga su terminación en “u”.
Fue en el 2001 que otro escritor, posteriormente Premio Nacional de Literatura, dijo a quien esto escribe: “usamos el latín y no lo entendemos”.

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