Los fanatismos, como el terrorismo, adolecen de la misma falacia. Se basan en extremos inaceptables al justificar el homicidio rampante. Ejemplo: Los Corderos de Cristo. Esta es una organización de extrema derecha que condona la violencia en contra de aquellos médicos y clínicas donde se practique el aborto. Lo mismo la Operación Rescate (Operation Rescue) fundada por Randall Terry. Este justificó el reciente asesinato del doctor George Tiller en Wichita, Kansas, en una iglesia luterana donde éste funcionaba como ujier y daba la bienvenida a los visitantes. “El era un homicida y terminó como un homicida”, esas fueron las palabras de Randall Terry a la prensa.

“No condono su asesinato pero tampoco lo condeno”. El doctor Tiller había sido herido de bala anteriormente por Shelly Shannon y por la misma razón.

Shelly era miembro de Los Corderos de Cristo (Lambs of Christ), otra organización que justifica la violencia en contra de los que practican el aborto. Esta, desde la cárcel, había escrito una carta de apoyo a favor de Paul Hill, otro homicida que había asesinado en el 1994 al doctor George Britton y a su acompañante, James Barrett, hiriendo gravemente a la esposa de éste último.

Seis meses después de este incidente John Salvi, un residente de Brookline, Massachussetts, asesinó cobardemente a la recepcionista de una clínica local donde se practicaba el aborto legal.

Emily Lyons, una enfermera que trabajaba en una clínica de Alabama, fue también fríamente asesinada por un tal Eric Rudolph, miembro de una de las organizaciones anteriormente mencionadas.

La violencia justificando a la violencia. Un clavo sacando ilógicamente a otro clavo.

Un año antes, en Pensacola, Florida, el doctor David Gunn caía abatido por las balas de un revolver 38.

Posteriormente se estableció que su asesino, Michael Griffin, era miembro de la Operación Rescate. La violencia justificando la violencia.