La violencia en la religión

La violencia en la religión

La presencia de la violencia dentro de la religión es una realidad  paradójica imposible de negar u ocultar.

Este elemento apareció en el inicio de la raza humana.

Según el libro de Génesis, la aceptación de la ofrenda de Abel a Dios fue la causa para que su hermano Caín vilmente lo asesinara.

El ejemplo supremo fue Jesús.

Cuando llegó al mundo, el escenario religioso de su nación era dominado por los escribas, fariseos y saduceos. Eran los grandes y tradicionales maestros de la ley de Moisés.

La obra y planteamientos de Cristo les hizo pensar que su liderazgo estaba en peligro. La gente corría detrás del Maestro, restándoles crédito a los líderes espirituales de entonces.

En lugar de valorar la trayectoria del Hijo de Dios, se unieron hasta destruirlo valiéndose de mentiras y de engaños.

La religión más fuerte de entonces convirtió al único hombre puro que ha pisado la tierra en un vulgar malhechor y le dio la muerte más cruel jamás inventada.

Pero  la historia ha registrado  otros tantos casos de violencia generada dentro de las religiones.

Las cruzadas fue una serie de campañas militares sostenidas por motivos religiosos en gran parte de la Europa latina cristiana.

El argumento fue restablecer el control cristiano de Tierra Santa entre 1095 y 1291. Unos 200 años de luchas.

Ni hablar de la llamada Santa Inquisición.

Esto fue producido por una religión ya institucionalizada que defendía su espacio establecido.

Increíble pero el odio, el celo, la venganza y la muerte han sabido convivir dentro de la fe.

En nombre de Dios mucha sangre se ha derramado.

Para entender esto, hay que decir que esta condición es producida por la participación del material humano, comúnmente lleno  de ambición y de egoísmo.

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