En nuestra cotidianidad existe una agresividad que trasciende la criminalidad desde las actividades delictivas perneando la familia, la escuela, las calles y hasta los parqueos.
Se han producido situaciones en las que una simple discusión por un parqueo termina en una lamentable muerte y pérdida de una vida como ocurrió recientemente en un residencial de estratos medios.
Varios factores están afectando las relaciones interpersonales en la ciudadanía en lo que se refiere al manejo de situaciones de conflicto y en la capacidad de ceder cuotas de poder que pueden expresarse en la ocupación de espacio público como en el tránsito o en parqueos. Algunos de estos factores son los siguientes:
1. Deterioro de los sistemas de sanción y condena de las violaciones a normas y derechos desde las instituciones responsables en el Poder Ejecutivo y Judicial.
2. Ausencia de manejo de resolución de conflictos desde el diálogo y la conciliación
3. Presencia de hábitos y prácticas de uso de la violencia verbal en la cotidianidad en los ámbitos familiares, vecinales y laborales con cierta permisividad social.
4. Débil conciencia y conocimiento de los derechos ciudadanos y de su respeto. En la sociedad dominicana no se educa a la ciudadanía sobre sus derechos y el respeto que se debe tener a los derechos del otro y la violación a los derechos se ha ido convirtiendo
5. Incremento de la desconfianza en las relaciones sociales e interpersonales. El círculo de violencia e inseguridad ciudadana con poca intervención en su erradicación tiene sus efectos en la agresividad y en fortalecer actitudes de atropello e irrespeto hacia el otro.
6. Aumento del porte de armas en la ciudadanía generado por la inseguridad y la desconfianza. Las personas con armas se convierten en una amenaza a la paz pública y un factor de incremento de la violencia. El que porta un arma tiende a resolver cualquier conflicto utilizándola y convirtiéndose así en victimario y agresor muchas veces de amistades, vecinos/as y sobre todo su propia familia
7. Deterioro de la credibilidad y confianza en el poder judicial y en el poder ejecutivo como responsables de establecer un clima de institucionalidad.
Definitivamente se hace necesaria y urgente la intervención en la erradicación de la violencia y la inseguridad ciudadana. Esta inseguridad es el reflejo del incremento de la delincuencia en el país. El Estado dominicano tiene que establecer una política de seguridad ciudadana y de erradicación de la delincuencia y la violencia que tome como punto de partida las causas de la misma y luego plantearse el desarme de la población acompañado de campañas educativas y de concientización ciudadana.