BAGDAD (AFP).- El recrudecimiento de la violencia dejó en Irak al menos 27 muertos ayer, jueves, 15 de ellos en un atentado suicida en Bagdad, mientras el nuevo secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, cumplía su segundo día de visita al país, para conocer la situación “sobre el terreno”.

A primera hora de la mañana, un kamikaze con un cinturón de explosivos logró llegar hasta un centro de reclutamiento situado en el centro de Bagad, en una calle donde está prohibida la circulación, y se hizo explotar tras acercarse a las personas que hacían cola para convertirse en policías.

Según el último balance difundido por el ejército estadounidense por la noche, 12 aspirantes y tres policías fallecieron en el atentado.

Este centro de reclutamiento, situado cerca del ministerio de Interior, ya ha sido el objetivo de al menos tres ataques mortales.

Otros dos civiles murieron en Bagdad en la explosión de un coche bomba en el barrio de Al Amel, en el oeste de la capital, mientras que dos mujeres fallecieron en un mercado del barrio de mayoría chiita de Abdudchir, en el suroeste, tras caer dos obuses de mortero.

En el resto del país, al menos cuatro personas han sido asesinadas. Además, el ministerio de Defensa anunció que había matado a “12 terroristas” y detenido a “56 sospechosos” por todo el país en las últimas 24 horas.

Por su parte, el ejército estadounidense informó de la muerte de tres de sus militares en los últimos días.

El primer ministro, Nuri al Maliki, opinó el jueves que “todas las operaciones terroristas en Irak se llevan a cabo por motivos políticos”.

“Los saddamistas y sus aliados takfiris (extremistas sunitas) tratan así de desestabilizar Irak en un intento desesperado de llevar al país al pasado”, afirmó.